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Provinciales > TRAGEDIA EN RAWSON

Madre del niño atropellado: “No quiero vivir más acá porque cuando salgo a la calle veo a mi hijo muerto”

María del Carmen Pérez dijo que no le desea el mal a los que mataron a su hijo, pero sí les reprocharía que manejaban ebrios.

16 de julio de 2021

En el lugar era todo festejo durante los primeros minutos del domingo 11 de julio. Pasada la medianoche, y luego de 28 años, la Selección Argentina de fútbol gritaba campeón ante Brasil por la Copa América. El desahogo era tal que en el ‘potrero’ de calle Félix Aguilar y Santa Rosa, departamento Rawson, los niños salieron a festejar. Sin embargo, todas las sonrisas se borraron de golpe cuando dos autos colisionaron y dejaron a Alejo Benjamín Silva, un chico de 8 años, sin vida.

“No quiero vivir más acá porque cuando salgo a la calle veo a mi hijo muerto”, comentó a DIARIO HUARPE María del Carmen Pérez (42 años), madre del pequeño. A casi una semana del fatídico episodio la mujer atraviesa una pesadilla. No entiende cómo pudo pasar esto de un momento a otro. Todavía recuerda la carita de felicidad de ‘Gamuza’ – como lo apodaban al pequeño – pidiéndole permiso para salir a festejar con los amigos que disputaba el picadito diario en esa cancha que lo vio morir.

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Los gritos de algarabía se transformaron en llanto. El estruendo resonó tan fuerte en la zona que su mamá salió despavorida a ver lo que ocurría. “El Benja, es el Benja”, le decían los amiguitos del pequeño a María del Carmen.

La desesperación nubló su mente por el lapso de algunos minutos hasta que cayó otra vez en la realidad cuando vio que vecinos sacaban el cuerpo del niño que había quedado aprisionado entre el Ford Taunus, que era guiado por Diego Adolfo Pérez de 33 años (iba ebrio con 0,75 gramos de alcohol en sangre) y la pared que limitaba el cemento donde el niño se sentía campeón todas las tardes. Lo acostaron sobre el pavimento. Querían reanimarlo, pero todos los intentos eran en vano.

Los autos impactaron pasada la madrugada del domingo. Foto: DIARIO HUARPE.

“Mi hijo tenía toda la cabeza partida. Me lo reventaron por dentro”, contó la mamá.

Un vecino tomó al pequeño y lo cargó en su vehículo. El Centro de Adiestramiento René Favaloro (CARF) fue el lugar para pedir ayuda, aunque una llamada al celular de María del Carmen confirmó la tragedia. Alejo Benjamín había muerto.

“Todavía estoy muy mal. Me va a llevar mucho tiempo recuperarme de esto. Lo único que pido es Justicia por mi hijo”, explicó con lágrimas.  

La mujer quiere irse de esa casa. Foto: Sergio Leiva /DIARIO HUARPE.

Esa noche nadie durmió en la cuadra. A escasos metros del epicentro de la tragedia quedó estacionado el Renault Clío que conducía Walter Exequiel Sigalat, de 28 años. De acuerdo al relato de los testigos que luego fueron anexados a la investigación fiscal, el sanjuanino ingresó en contramano hasta que impactó con el Taunus. Iba alcoholizando: tenía 1,26 gramos de alcohol en sangre. Además, no llevaba las luces encendidas y estaba carente de la autorización para manejar. Todo ese cóctel de faltas derivó en que esté en prisión preventiva a la espera del juicio. Mientras que Pérez pasará esta instancia en el interior de su casa. La distinción radicó en el indicio de fuga que representó el hecho de que el auto siniestrado aparezca a varios metros desde donde fue la colisión.

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“Lo único que pido es Justicia por mi hijo. Que al culpable no le den de tres a seis años, sino más. Esto no se lo deseo a nadie, es muy feo”, explicó María del Carmen.

La mujer se mostró cauta a la hora de hablar de los conductores que protagonizaron la tragedia. Dijo que se los deja a Dios. “No tengo maldad, ni tampoco soy de ir y quemar una casa, no soy de esa clase de personas. Solo se lo dejo a Dios. Les diría que me llevaron a mi hijo por venir borrachos y a contramano”, mencionó.

Cómo seguir

María del Carmen tiene en mente mudarse, aunque actualmente no cuenta con los recursos económicos para hacerlo. Hace cinco años vive en esa intersección junto a sus hijos: 20, 17, 11 y Alan Benjamín, de 8. “Él era el más chiquito”, recordó. “Ahora me pregunto cómo se hace para seguir. Nadie me va a devolver a mi hijo, tendré que seguir por los otros”, expresó. La sanjuanina se la rebusca diariamente para llevar el mango a su casa. Trabaja todo el día hasta las 22.

El 'Gamuza'

Alejo fue bautizado como ‘Gamuza’ porque le encantaba jugar al fútbol. Era hincha de River y Unión de Villa Krause. “Era hiperactivo, andaba jugando permanentemente, vivía aburrido. Iba a la cancha constantemente. Jugada con sus primos. Era muy cariñoso, dormía conmigo, no quería dormir solo”, destacó la madre.

El niño era muy querido en la zona. Foto: Sergio Leiva /DIARIO HUARPE.

Una vecindad cambiada

María del Carmen destacó que siempre fue una arteria complicada por el exceso de velocidad, pero nunca tuvieron hechos tan relevantes como la muerte de un chico. El fatal accidente marcó a la comunidad. La mujer relató que actualmente los niños no juegan en la cancha porque el miedo se apoderó de ellos.

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