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Sociedad > Los otros salvavidas

Piscinas seguras, padres tranquilos

Se aproxima el verano y, con él, la inauguración de las piletas. Si se trata de una casa con chicos, este es un tiempo ideal para transformar el patio en un lugar seguro para ellos.

POR REDACCIÓN

05 de noviembre de 2020

Y sea en hogares donde habitan niños pequeños o en casas de abuelos, donde la visita de nietos es algo frecuente, pensar en elementos de seguridad que bloqueen el ingreso a las piletas es algo fundamental. Si se analizan las estadísticas, esta afirmación se hace aún más importante, ya que, en la Argentina, el ahogamiento es la segunda causa de muerte en niños de 1 a 15 años. En los pequeños de 1 a 4 años, debido a descuidos y falta de medidas de prevención. En los más grandes, producto de tomar riesgos peligrosos. Las cifras son alarmantes, según el Ministerio de Salud de la Nación, un menor muere ahogado cada 48 horas en el país, y en el 85% de los casos, sus muertes pudieron haberse prevenido.

En este sentido, no hay nada mejor como prevenir y la buena noticia es que existen varios métodos que permiten, por un lado, resguardar la vida de los más pequeños y, por el otro, obtener algunos beneficios secundarios como mantener el agua limpia por más tiempo. A continuación, se detallan algunos de ellos.

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Cobertores:

Se trata de uno de los métodos más utilizados, aunque, si no si colocan correctamente o no se utiliza el material adecuado, pueden llegar a transformarse en un peligro en sí mismos.

Los cobertores son una especie de manta que se coloca sobre la pileta, y se despliega y recoge de forma manual o automática. Están conformados por mecanismos y herrajes de aluminio y acero inoxidable, más una lona enrollable de PVC de alta resistencia. En este sentido, no se trata de un pedazo de PVC tirado sobre la pileta y sujetado con cuerdas, sino un mecanismo firme que permite que el menor camine sobre la piscina y no deja espacios por los que el menor pueda colarse y ahogarse.

Si bien la principal ventaja de los cobertores es la de evitar el ahogamiento de personas, tiene otros beneficios como, por ejemplo, facilitar el mantenimiento del agua, ya que evita la entrada de tierra y hojas. También ayuda a mantener la temperatura de la piscina agradable, actuando como manta térmica y concentrando los rayos solares.

Cercos perimetrales:

Se trata de un complemento imprescindible de los cobertores. Según el Consenso Nacional de Prevención del Ahogamiento de la SAP, “los cobertores de piscina de material rígido o flexible, manuales o automáticos no excluyen en absoluto la presencia del cerco”.

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En el mercado existe una gran cantidad de mecanismos y modelos, los hay fijos o movibles, por ejemplo, aunque lo principal es tener en cuenta la seguridad que ofrecen. Algunos puntos claves a tener en cuenta es que la altura de los mismos sea la adecuada para que un niño no pueda saltarlo, que sea resistente para que no lo puedan derribar, que no sea fácil de trepar y que las trabas sean lo suficientemente fuertes y seguras para que no pueda ser abierta por los pequeños.

 Detectores de inmersión:

Estos elementos son altamente eficaces ya que avisan cuando un niño, o cualquier otro ser vivo, cae al agua. Se trata de sensores que se colocan en la piscina que poseen una tarjeta que recoge y analiza la onda submarina generada por la inmersión de un cuerpo en el agua. Cuando la onda producida llega al monitor situado en el terminal, se dispara inmediatamente la alarma.

Los precios en el mercado son bastante amplios y van desde los 10 mil a los 80, dependiendo de sus funciones, sistema de carga, etc. Lo ideal, es complementarlo con otro mecanismo de protección como los cercos o cobertores.

Deck Corredizos

Se trata de una alternativa con mucho estilo para los amantes del diseño ya que, claro está, las propuestas anteriores pueden hacer ruido en un jardín con mucho estilo. Se trata de una estructura corrediza metálica, cubierta de un revestimiento de madera. Al igual que los cobertores, este sistema permite proteger el agua de las suciedades y, en invierno, permite transformar el espacio de la piscina para otro fin como, por ejemplo, un solárium.

El lado negativo, más aún considerando las características climáticas de la provincia, tiene que ver con el mantenimiento. Al tratarse de una estructura con madera que se encontrará permanentemente al sol, en contacto con el agua y en un clima seco, requerirá tareas de mantenimiento continuo para no deteriorarse. En este sentido, una buena opción es utilizar otro tipo de revestimiento como, por ejemplo, césped sintético

 

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