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Provinciales > Historias sanjuaninas

Salir adelante juntas, la historia de tres mujeres emprendedoras que supieron cambiar sus destinos

En el marco del Día Internacional de la Mujer, tres mujeres reconstruyeron su historia hacia la liberación económica. 

08 de marzo de 2022

En el Día Internacional de la Mujer se acostumbra a destacar a las mujeres que hicieron historia en la humanidad. Pero muy poco se habla aquellas que, día a día, realizan pequeñas acciones que desembocan en grandes cambios con respecto a su vida y la de los demás.  

Hay mujeres que, en la cotidianeidad, transformaron las limitaciones que conlleva formar parte de este género  en una sociedad machista y patriarcal, en oportunidades para ellas y para los suyos.  

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Con respecto a ello, DIARIO HUARPE dialogó con emprendedoras que forman parte del programa Hilar San Juan, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano y Promoción Social. La importancia de esta política radica en incentivar a las mujeres para desarrollar su libertad y autonomía económica, sin la necesidad de depender financieramente de sus parejas, maridos o padres.

Hilar San Juan está destinado a emprendedores sanjuaninos en general y brinda capacitaciones a la vez que, a través de un local comercial, se venden los productos. Sin embargo, según Verónica Díaz, directora de Emprendedores Sociales, la mayoría de las personas que conforman el proyecto son mujeres. Delma Estefanía, Mirta Porras y Érica Guzmán son algunas de las trabajadors que se capacitan y ofrecen sus productos en este lugar.

Emprendedurismo y acción solidaria

Dalma Estefanía tiene 32 años y reside en Villa El Tango, en el departamento de 25 de Mayo. Vive junto a su pequeña hija, su marido y sus dos padres. Su actividad económica principal es “Brillo de Luz”, un emprendimiento en el que trabaja con la técnica de cestería, a través de materiales reciclables como el papel. Además, cose accesorios como coleros o vinchas. Gracias a su trabajo, la joven aseguró que puede sustentar la mayoría de los gastos de su hogar de manera autónoma.

Dalma con sus creaciones. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Sentada en el taller que la incentiva día a día y rodeada de las máquinas que la ayudan a producir su trabajo, Dalma comentó que también tiene un merendero llamado “Ojitos felices”, ubicado en su casa. Allí, brinda la merienda y cena a los niños de Villa El Tango y sus familiares.

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Explicó que, junto a ella, trabajan seis mujeres en el merendero. Mientras se reúnen en pos de colaborar con el bienestar de los niños y niñas de 25 de Mayo, Dalma enseña sus habilidades a las chicas que contribuyen con ella.

Es decir, la joven emprendedora replica sus conocimientos manuales como artesana a las demás mujeres. Dalma comentó a DIARIO HUARPE que hay muchas chicas que le piden consejos sobre cómo realizar manualidades en cestería, debido a que les brinda oportunidades de desarrollo personal. Aseguró que, contribuir la independencia de quienes ayuda, la hace feliz.

“Mi interés y mi lucha es que la mujer no se sienta menos, que se saque la idea de que no puede y de que tiene que depender de alguien”.

Cerró con la idea de las mujeres son independientes y que sí pueden manejarse solas sin necesitar de nadie más. “Somos capaces de muchas cosas, somos inteligentes e independientes. Detrás de cada mujer hay una pepita de oro”, redondeó.

Trabajo por y para sus hijos

Mirta Porras, de 57 años, contó que “hace de todo” para mantener a su familia. Es costurera, por lo que cose prendas y hace arreglos, pero también cocina pizzas y empanadas para vender.

Además de todos los emprendimientos que Mirta lleva a cabo, ella cose y borda trajes para murgas y comparsas. Asimismo, esta actividad también se convierte en una salida laboral para ella, ya que muchas de estas agrupaciones le encargan su vestimenta para los desfiles.

Mirta junto a su pasión. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Agregó que su mayor motivación son sus hijos y sus nietos, ya que todo su esfuerzo laboral es por ellos. Sin embargo, coser y bordar forman parte de su pasión, por lo que además de ser su fuente de ingreso también son las actividades que le gusta hacer.

“Mi mensaje es que las mujeres podemos llevar una casa, llevar una familia sin depender de ningún hombre. Se puede traer el plato de comida a la casa”.

Del impedimento a la superación

Érica Guzmán, de 35 años, vive en San Martín junto a su marido y sus cuatro hijos, dos varones y dos chicas. Tiene un emprendimiento llamado “Mis peques”, que trata sobre la producción, empaquetado y comercialización de ropa para niños.

Érica aseguró que siempre cosió para sus hijos, pero nunca se animó a llevar esa habilidad a un plano laboral. Sin embargo, hace cinco años comenzó a estudiar costura, estudio del que ya está por recibirse.

Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

A partir de eso, la mujer aseguró que comenzó a ver en la producción de prendas para los más chicos una forma de desarrollarse económicamente.  Así fue que comenzó a hacer sus propios productos.

La emprendedora explicó que, junto a ella, trabaja un grupo de mujeres que colaboran con la elaboración de las prendas textiles. “Yo tengo una sola máquina, por lo que principalmente soy yo la que cose. Mis compañeras hacen la moldería, pegan las etiquetas y empaquetan los pedidos”, comentó con respecto a la dinámica de trabajo que adoptó.

De hecho, una de las trabajadores que forma parte de “Mis peques”, según Érica, se emocionó por la libertad económica que pudo conseguir. “Ella lloraba, porque decía que no tenía para comer pero que ahora le puede comprar zapatillas a sus hijos” planteó.

Con respecto a los cambios que provocó su trabajo en su vida personal, Érica afirmó que ahora mantiene a su familia ella sola, debido a que su marido no tiene una ocupación permanente.

“Siempre pensé que la mujer no podía trabajar, que tenía que ser ama de casa, hasta que empecé con mi emprendimiento y ahora a mis hijos no les hace falta nada, puedo llegar a fin de mes”

Érica junto con sus productos. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Asimismo, aseguró que también emplea a sus hijas en la producción.  La más chica es la que más entusiasmada está con la máquina de coser y colabora con su madre, trabajo con el cual se gana el dinero para sus gastos personales.

“Lucho por mis hijos, pero más por mis niñas. Quiero que vean que una mujer sí puede ser libre, que sí se puede”, planteó Érica.

Finalmente, terminó con un mensaje de independencia y superación para todas las mujeres: “Me di cuenta que no dependemos de un hombre para mantener a una familia. Las mujeres solas sí podemos”.

Hacia un camino de independencia económica

La conformación de redes comunitarias de trabajo se vuelve fundamental cuando de emprendedoras sociales se habla. Una cadena que integre todos los engranajes de la sociedad y que contribuya, en el caso de las mujeres, con la independencia económica de cada una.

Es que, cuando las mujeres trabajadoras están aisladas del resto de la sociedad o de los puntos de venta neurálgicos, es muy complicado que puedan ofrecer sus productos y tener éxito. En este sentido, el despliegue de relaciones económicas comunitarias se vuelve fundamental.

Por eso es que el trabajo del Estado se basa en alentar el trabajo de los emprendedores. En el caso de las mujeres, esta labor se vuelve aún más fundamental. En un contexto en el cual, además de mantener el bienestar de sus familias, deben trabajar, la tarea de cumplir con sus emprendimientos se dificulta.

Las capacitaciones de sublimación de la mano de Emiliano. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

En este sentido, Verónica Díaz, directora de Emprendedores Sociales, confirmó que casi el 99% de las personas que forman parte de Hilar San Juan son mujeres. Más allá del proyecto colectivo del programa, Díaz dijo que el objetivo principal es que ellas logren su propia economía y su autoempleo.

“El fin es que las mujeres puedan llevar a cabo su autonomía laboral y su empoderamiento como mujer para que puedan crecer en esta sociedad desarrollándose en lo que más les guste hacer”, concluyó.

Una de las capacitadoras, Laura Gallardo, quien es diseñadora de indumentaria, enseña a los emprendedores la moldería básica. En el caso de la ropa, la mayoría de las personas que participan en estos cursos son mujeres.

“Gran parte de las emprendedoras que forman parte de los talleres son amas de casa que buscan una salida laboral, un ingreso extra para su casa”.

Las mujeres, entonces, necesitan de una actividad que les permita mediar entre el trabajo doméstico y el laboral. Entonces, desarrollarse como emprendedoras es la mejor opción para quienes, a veces, no tienen otras alternativas.

De este modo, a través del acompañamiento y la economía social, cientos de mujeres pueden lograr su autonomía económica y dejar de depender de los varones que forman parte de su entorno.

En el Día Internacional de la Mujer, en el que se reclama por las diferentes violencias machistas que ellas sufren, contar la historia de quienes encontraron una vía de liberación económica resulta esperanzador para quienes aún no saben que sí pueden ser independientes.

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