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Sus padres murieron y ahora buscan abuelos para sus 3 hijos
Romina y Enrique empezaron una campaña en redes sociales.
POR REDACCIÓN
Busco abuelos para mis 3 hijos. Solo quiero que nos acompañen en el crecimiento de los niños. Deben ser personas mayores de 60 años y preferentemente sin nietos. Tienen que tener tiempo disponible para jugar y les deben gustar los perros. Los que estén interesados pueden contactarse al 264-6737348. Luego tendremos una reunión para conocer las ideas e intenciones que tendrán con mis hijos.
Romina Minticochia tiene 37 años y Enrique Pogorzelec, 40. Son pareja desde 2004 y tienen 3 hijos: Cielo, de 7 años; Iván, de 4; y Cristal, de un mes. Romina y Enrique se criaron en una familia chica. No tuvieron hermanos, solo papá y mamá, aunque ya murieron.
Por eso empezaron una campaña en las redes sociales para conseguir abuelos.
Enrique tuvo la idea. Un día Iván fue al jardín de infantes y le pidieron que uno de sus abuelos lo acompañara para la semana de adaptación. Romina cuenta que su hijo llegó “muy triste”. Nadie lo iba a acompañar porque no tenía abuelos y Romina decidió no mandarlo al día siguiente.
“De chica no tuve a nadie con quien jugar ni compartir mis cosas”, dice Romina.
Su mamá Gladys falleció cuando ella tenía 8 años. Se crió con su papá, Diego, hasta pasada la adolescencia. Después cada uno siguió con su vida. Nunca más se volvieron a ver. Diego formó una nueva familia con mujer e hijos.Romina iba a la escuela sola y veía a sus amigas acompañadas por sus familiares y sentía la ausencia.
"También la sentí en las fiestas de fin de año donde prácticamente estaba sola”, dice.
Es por eso que Romina se acostumbró a pasar la Navidad y el Año Nuevo en casa de algún primo lejano o de amigas ocasionales.
A partir de los 12 años, ella comenzó a planificar tener varios hijos y conformar una familia grande. En abril de 2004, por amigos en común, conoció a Enrique, y a los pocos meses se pusieron de novios.
Ella estudiaba para ser profesora en la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes. Él cursaba para ser ingeniero en la Facultad de Ingeniería.
La familia de Enrique estaba conformada de una manera similar a la de Romina. Sus padres, Enrique y Otilia, no tuvieron más hijos. El papá murió hace algunos años y Otilia los acompañó hasta 2018, cuando comenzó a padecer demencia y al poco tiempo falleció.
La pareja quería conformar un hogar, aunque postergaron ese plan por un tiempo porque antes querían finalizar sus estudios.
Durante ese tiempo adoptaron 5 perros callejeros: Lisa, Sweety, Flor, Pepo y Felipe. En ese momento las mascotas ocuparon el lugar de hijos.
“Con los animales la casa comenzó a cobrar vida. Cuando llegábamos del trabajo o de realizar algunos trámites estaban ahí moviendo la cola esperando por comida”, cuentan.
Una vez que terminaron sus carreras -Romina se recibió de profesora de inglés y Enrique de Ingeniero- y tras 8 años de estar juntos, en 2013 nació Cielo, su primera hija. Y a los 3 años vino Iván.
“Después decidimos darles un hermano más”, dice Enrique. Hace un mes, tuvieron a Cristal.
En su casa en Rawson, Romina y Enrique, aseguran que no reniegan de su pasado, pero no quieren repetirlo. No por ellos sino por sus hijos.
Romina, que aún arrastra con la ausencia de su padre, comenta: “Fui olvidándolo lentamente. Él se perdió mi rol como mamá y la infancia de mis hijos”.