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Provinciales > Patrimonio arquitectónico

Testigos de adobe y cemento, los que quedaron del terremoto del '44

Una pequeña muestra de los edificios que resisten, de diferentes maneras, a uno de los terremotos que marcó a la provincia.

15 de enero de 2021

El terremoto del 15 de enero de 1944 ocurrió pasadas las 20 horas, dejando un saldo de 10.000 muertos, 80% de la Ciudad de San Juan destruida y un relato que se alzó de las ruinas. El 20% restante, aquello que soportó como pudo el terremoto, ha tenido distintos destinos: adaptación, resistencia y en unos pocos la conservación.

Para profundizar sobre el tema, DIARIO HUARPE charló con Leonardo Correa Filli, miembro de la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino (Acodepas) y Pablo Pacheco, restaurador digital y miembro de “En busca del San Juan Antiguo”, para encontrar aquellos testigos arquitectónicos del terremoto de 1944.

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Previo a eso, San Juan era una ciudad colonial en el que arquitectónicamente se iban asentando distintos estilos, muchos de ellos anacrónicos a su época, pero que al llegar a la provincia parecían de vanguardia.

Uno de los edificios públicos que no sólo resistió al terremoto, sino que fue fundamental después de la catástrofe, fue el Hospital Guillermo Rawson. En él, junto con la Escuela Normal Sarmiento, se trató a las víctimas de esa noche.

“Como la mayoría de los edificios públicos de la época presenta una concepción fuertemente neoclásica, con una fachada ornamentada siguiendo al academicismo francés”, afirmó Correa Filli.

Además, fue uno de los que sentó precedente en cuanto a materiales sismorresistentes. El profesional cuenta que “el material original imitaba la piedra París (un tipo de revoque). También fue concebido en hormigón armado, por lo que resultó casi ileso con el terremoto”.

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El Hospital Guillermo Rawson, lugar donde atendió a las víctimas de la catástrofe. Foto: Gonzalo Medina/DIARIO HUARPE

Pero no sólo los colosos urbanos aguantaron. Hay un grupo de casas, silenciosas en medio de la ciudad, que resistieron el embate natural. Una de ellas es la ubicada sobre calle Rivadavia entre Salta y Santiago del Estero que data de mediados de 1930. Según Leonardo, “constituye, junto con el Chalet María Luisa y las rejas del Chalet Del Bono, uno de los pocos vestigios de la corriente modernista”.

Es que “esta composición la cierra una hermosa fuente de mármol de Carrara de dos niños con una sombrilla y una fantástica reja de hierro forjado que parece un pedacito de Viena, con motivos vegetales, geométricos y florales, al más puro estilo Art Nouveau”, explicó.

Este es uno de los ejemplos de edificios que fueron “adaptándose”, pero que mantienen rasgos, aunque llegará el momento en que estos desaparezcan.

La casa sobre Rivadavia ha ido adaptando diferentes estilos arquitectónicos durante el tiempo. Foto: Gonzalo Medina/DIARIO HUARPE

Sin embargo, no todos se preservan o fueron adaptándose. Hay restos que resisten en medio de la ciudad y están constantemente en peligro. Uno de estos ejemplos son las ruinas de la Iglesia de Trinidad. Ubicado en General Acha y Pedro de Valdivia, basta alzar la vista para ver una parte de la cúpula. Además, sobre General Acha se encuentra uno de los empedrados originales, previo al plan de “reconstrucción”.

Con estos espacios, los perdidos en medio de la ciudad, hay varios puntos a tener en cuenta. Por un lado, el peligro estructural que representan estos espacios, peligro de derrumbe y que se acentúa cuando son dejadas a la deriva y al avance de los proyectos comerciales y habitacionales. Por el otro, lo que representan al patrimonio arquitectónico de San Juan, a la identidad de la provincia preterremoto y lo que significa su pérdida.

Las ruinas de Trinidad, oculta en la ciudad. Foto: Gonzalo Medina/DIARIO HUARPE

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