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Todos por Roberto, la campaña para equipar la casa de un sanjuanino con discapacidad

Es campeón en bochas, con lo que ganó representando al país se hizo una casa porque la suya se le cayó con el terremoto. Ahora vive con una pensión por discapacidad y no puede equiparla.

27 de septiembre de 2021

Al lado de los escombros que hasta antes del terremoto fueron una casa, en Caucete, se levanta una reciente construcción que consiste en sólo una habitación extensa. Esa es la vivienda de Roberto Leglise, un sanjuanino múltiple campeón de bochas que ahora tiene su techo gracias a los campeonatos y torneos ganados en una gran cantidad de países. Ya no entrena así que ahora sus únicos ingresos son los de una pensión por discapacidad que ascienden a poco más de $20.000 por mes. Es por ello que su exextrenador y amigo inició una campaña solidaria para equiparle la vivienda.

Roberto tiene 60 años, vive en la villa Yornet, tiene una parálisis cerebral y se moviliza en silla de ruedas. Suele mostrarse algo tímido, pero cuando comienza a hablar del deporte que lo apasiona comienza a dejar esa sensación de lado.

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Fue parte de la Selección Argentina. Foto: gentileza.

“Gracias a las bochas pude ir a Canadá, Chile, China, Portugal, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Irlanda y Brasil. Lo hice representando al país con la Selección Argentina”, cuenta emocionado a DIARIO HUARPE.

Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

El hombre nació sin ninguna discapacidad, pero una encefalitis que tuvo a los cinco meses de vida le dejó una parálisis cerebral. Ahí comenzó una nueva vida en la que las terapias fueron fundamentales. De lunes a viernes su madre viajaba en colectivo desde Caucete hasta el Hospital Rawson para que su hijo recibiera las terapias correspondientes. Pero esta rutina su mamá sólo la repitió hasta que Roberto cumplió 4 años porque luego ella murió en la sala de operaciones de un hospital.

“Yo a mi madre siempre le agradezco porque todo lo que tengo de movilidad es gracias a ella”, dice Roberto.

Algunos años después, su padre murió por las consecuencias de un accidente de tránsito ocurrido en la esquina de su casa. Se quebró el brazo, le pusieron placas de platino y después de eso le dio tétanos, enfermedad por la cual falleció.

El hombre quedó al cuidado de sus hermanas, aunque al tiempo falleció una de ellas y la otra se fue a vivir a Mendoza. Ahí tomó la decisión de vivir sólo en la casa que antes había sido de sus padres. “Lo hice porque no me gusta molestar, yo siempre creí que la discapacidad no era un motivo para estar confinado, aunque a esta edad que yo tengo no es lo mismo que antes, ahora me canso un poco más”, admite.

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La vivienda de adobe en la que estaba se cayó dos días después del terremoto de enero de este 2021 por las consecuencias que le produjo el movimiento sísmico. Afortunadamente, ya habían comenzado con la construcción de su techo, una casa de ladrillos, que ahora luce flamante al lado de los escombros de las paredes entre las que creció.

Esos escombros eran la antigua casa de Roberto que cayó dos días después del terremoto. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Su casa actual la levantó con el dinero que obtuvo de becas de la Secretaría de Deportes local y de la de Nación, y también del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo. Es una pieza larga de ladrillos que tiene un baño. Dentro de ella no hay mucho. Una cama baja para que Roberto pueda subirse desde su silla de ruedas, una mesa redonda, una silla, una cocina, un aparador, un televisor y un placard en el que guarda algo de ropa y los certificados por participar de torneos, mundiales y hasta en los Juegos Paralímpicos en una gran cantidad de países.

Los escombros de la casa donde Roberto pasó la infancia y la nueva vivienda. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Como dejó de entrenar ya no recibe más becas y ahora vive con una pensión por discapacidad que recibe y es de poco más de $20.000. Los ahorros se le terminaron y ya no tiene forma de conseguir dinero para comprar lo restante.

Es por esto que su ex entrenador y amigo de Roberto, Jorge Pringles, inició una campaña solidaria con el objetivo de comprar algunos elementos como una heladera, un lavarropas y un aire acondicionado. Éste último es fundamental ya que le permitirá tanto refrigerar como calentar la casa. Actualmente tiene una estufa estilo pantalla, pero a su amigo le da algo de temor que la use por el peligro que conlleva.

Jorge fue su técnico durante siete años. Ahora son sólo amigos. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

“Roberto tiene movimientos involuntarios así que se le puede caer algo arriba de la pantalla y provocar un incendio. Además, pierde mucho tiempo con esa pantalla porque para cualquiera son sólo unos cuatro o cinco metros, pero él en levantarse de la cama y subirse a la silla para llegar hasta ahí se demora unos diez minutos y para volver y acostarse de nuevo es el mismo tiempo”, explica Jorge.

Además, si consiguen bastante dinero en la campaña, buscan hacerle una rampa para que Roberto pueda entrar y salir con facilidad de su casa.

Roberto construyó su nueva vivienda con las becas que ganó. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

“Yo les doy gracias a todos los que escucharon mi historia y a los que ya colaboraron”, cerró Roberto.

El esfuerzo para entrenar

Previo a los viajes para competir, los entrenamientos eran doble o triple turno por lo que Roberto, al vivir en Caucete y manejarse en silla de ruedas, tenía dificultades en hacer todos esos viajes diarios. Es por ello que cuando esto ocurría él se quedaba a dormir durante cuatro o cinco noches seguidas en el albergue del Estadio Aldo Cantoni con sólo una compañía, una radio que aún tiene guardada en su vivienda.

Ambos viajaron por una gran cantidad de países para que Roberto participara de campeonatos. Foto: gentileza.

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“El loco”

Roberto dice que tiene un libro, pero al no tener la posibilidad de plasmar las palabras en un papel, ya que por su parálisis tiene afectados sus movimientos y realiza algunos de forma involuntaria, lo que hace es escribir y recordar todo en su mente. “Yo escribo, pero tengo todo acá”, cuenta tocándose la cabeza. Después de esta frase relató a este medio uno de los poemas que compuso: “El loco”.

“A mí me llaman el loco porque creo en el amor,

porque creo en la justicia, porque creo en el Señor,

a mí me llaman el loco porque soy un soñador,

porque tengo la esperanza de un mundo mucho mejor.

A mí me llaman el loco porque escribo poesía,

porque hablo con el viento, porque apuesto yo a la vida.

A mí me llaman el loco porque digo mi verdad,

dejame que sea loco, pero callar yo jamás”.

Para colaborar: 2646735987

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