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Tras dos años, volvió a realizarse la peregrinación a Ceferino Namuncurá
Una multitud participó de la procesión que marchó desde la Catedral hasta el complejo de San Martín.
Luego de dos años de pandemia, la peregrinación a Ceferino Namuncurá retomó este domingo su habitual tradición y miles de jóvenes recorrieron 27 kilómetros desde la Catedral hasta el complejo, en honor al beato, que está ubicado en el departamento San Martín.
Una multitud se convocó a primeras horas de la mañana en la Catedral y de allí partió hasta el predio cercano a los cerros. Pancartas, carteles y principalmente mucho compañerismo hubo durante todo el trayecto. La alegría de los jóvenes contagiaba a cualquiera que pasaba por la marcha. “La motivación más grande es el amor que le tenemos a Dios y eso lo venimos difundiendo hace rato”, dijo Leandro De la Fuente, integrante de la basílica de Desamparados.
Para Leandro, Ceferino tiene un valor muy importante en la juventud, ya que lo consideran como un ejemplo de vida. “La verdad que el beato representa mucho a los jóvenes porque nos ayuda en el estudio. Ceferino fue una gran persona y tuvo un gran amor hacia Dios”, expresó el creyente.
Por otra parte, revalorizó el enorme esfuerzo realizado tras dos años de inactividad por la pandemia. Contó que lo organizaron con mucha anticipación para evitar inconvenientes y conseguir todo aquello que necesitaban con tiempo.
Lucas Cortéz, coordinador de la Pastoral Juvenil, aseguró que lo anunciaron en febrero y desde allí iniciaron las planificaciones. Más de 20 personas de diversos movimientos católicos fueron parte del armado de esta peregrinación que quedará en la historia, por ser la primera tras la pandemia del Covid-19.
En total, hicieron un itinerario de 27 kilómetros con paradas en tres estaciones, dedicadas a la adoración, la recreación y por supuesto para cargar energías, tomando agua y comiendo algunas facturas u otros alimentos que se ofrecían. A medida que los grupos avanzaban, se notaban las caras de cansancio, pero "la fe mueve montañas" y, por eso, los fieles llegaron al complejo para celebrar a Ceferino Namuncurá junto a amigos y allegados. “Para mí es una bendición muy grande que los jóvenes puedan hacer esta peregrinación. Hace 20 años lo hacíamos hasta el Cerrillo y el Villicum”, contó la monja Carolina Soria, que vino desde Barreal con 19 chicos que asistieron por primera vez a la procesión.
“Los chicos traían varias intenciones, sus estudios, su familia y pedir por Jesús resucitado. El encuentro nos sirve para superar los enojos y miedos”, continuó.
La religiosa comentó que los jóvenes representan la alegría, el entusiasmo y la esperanza. Sobre Ceferino dijo que: “Es un ejemplo de sacrificio y entusiasmo por la vida y un enamorado de Jesús. Eso es lo que tratamos de inculcar”.
Una de las feligresas que estaba en la movilización no pudo contener su emoción y expresó su felicidad de volver compartir la caminata religiosa “La pandemia nos encerró un montón y está buenísimo volver a participar y poner el cuerpo. Siento una alegría enorme de ver a tanta gente y especialmente a jóvenes”, expresó la creyente Fátima Cardozo.
“Vengo por mis estudios, me ayuda y me inspira a seguir”, siguió relatando sobre la que significa Ceferino para su vida estudiantil. Agregó que también pediría por la salud de su familia.
Fátima rescata la oportunidad de conocer a nuevos amigos y compartir experiencias con el otro. Esto seguramente es lo mejor de la procesión: vivir la alegría del encuentro.