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Provinciales > Tienen esperanzas

Tras una semana sin respuestas, ¿qué sucedió con los jóvenes rechazados en la Policía?

No fueron nombrados por problemas en la vista, pero tal vez haya solución.

26 de noviembre de 2020

Hace una semana, un grupo de jóvenes egresados de la Policía de San Juan luego de un año y medio de entrenamiento recibían la peor noticia: a pesar de todo sacrificio y esfuerzo, su nombramiento no sería posible.

¿La razón? Según sus estudios médicos, aprobados previamente para el ingreso al curso de seguridad ciudadana, arrojaban que tenían problemas en la vista. Desde astigmatismo leve y otras condiciones de menor gravedad, los jóvenes vieron así sus sueños de vestir el uniforme que tanto se imaginaron vistiendo bajo el titulo de policías arrebatados de sus manos.

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Las explicaciones y soluciones no fueron más reconfortantes: la única salida que les ofrecieron desde la dirección de Personal de la Central de Policía era iniciar un expediente, teniendo en cuenta los tiempos que demora. En otro caso, someterse a cirugía y corregir lo que los estudios mostraban como “no satisfactorio” para los parámetros de la Policía de San Juan.

Los aspirantes egresados, algunos de ellos con familia y en una difícil situación que hizo aún más doloroso el rechazo, decidieron continuar y tener fe aguardando por las novedades que pudieran surgir a lo largo de la semana.

Ahora una nueva esperanza los mantiene en vilo y alimenta el sentimiento de sentir una vez más cerca su sueño de tener su propio puesto en las fuerzas de seguridad. Aquel puesto por el que dejaron sudor y lágrimas en el barro en la academia, viajando cada día desde diversos puntos de la provincia de sol a sol.

Fuentes cercanas confirmaron que los casos de los jóvenes están siendo revisados y que estarían buscando a una solución viable para cada uno. “Dijeron que estaban revisando los casos y que estaban preocupados por nuestra situación. Que nos iban a citar para tener una audiencia con nosotros y ver qué podían hacer para solucionar nuestro problema”, contó uno de los jóvenes afectados por la decisión de la Policía de no incorporarlos, como sucedió con tantos otros.

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Así el sueño se reaviva y lo que pareció en un principio una pesadilla ahora suena más a un despertar. Puesto que algunos tienen familias que apoyar y sostener, la espera se hace más difícil puesto que ese nombramiento sería un alivio y un nuevo paso para mejorar su estilo de vida. “Yo esperaba este nombramiento más que nada por mi hijo”, dijo en aquella ocasión una de las aspirantes. Nuevamente la esperanza de los jóvenes está sobre la mesa de las autoridades provinciales y de la Policía en algún escritorio.

Mientras tanto, los jóvenes esperan con sus uniformes doblados.

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