Provinciales > Movidos por la fe
Una multitud acompañó el peregrinar de la Inmaculada Concepción
Por Facundo Merenda
Eran las 5 de la madrugada y la ciudad todavía no se despertaba pero en las calles comenzaba a vivirse una fiesta de fe. Como cada 8 de diciembre, una multitud se congregó para acompañar el peregrinar de la Inmaculada Concepción hasta su templo en el Pueblo Viejo. El silencio de la urbe contrastaba con los cantos de alabanzas y el viento del sector Sur que hacía resonar a los árboles.
La intersección de San Luis y Tucumán fue el punto de encuentro para los feligreses. Algunos pasaron la noche rezando a los pies de la imagen y otros concurrieron más temprano de lo habitual para no perderse la previa del júbilo eclesiástico. Cuando el reloj marcó la hora de inicio más de tres cuadras de personas comenzaron a formarse en escuadras para ir detrás de María.
Antecedido a la figura de la Inmaculada estaban los brocherianos que entronizaron la imagen del Cura Brochero que sirvió de sendero para iluminar el paso de los promesantes. Subida en una camioneta y rodeada por un cordón de jóvenes, María recorrió más de 20 cuadras hasta llegar a su templo.
En el recorrido planificado que se dio por Avenida Rioja, los vecinos de la zona se iban agregando a la procesión. Algunos habían puesto sus santuarios en la puerta en modo de agradecimiento y celebración. La gente aclamaba con pañuelos y flores el paso de la virgen.
Hubo cinco paradas estratégicas en las cuales más personas se iban sumando a esta muestra de fe. Todo el acompañamiento culminó en su templo, que este año cumplió los 200 años de creación. Allí se vivió el fin del año jubilar y el comienzo del periodo Mariano.
La Inmaculada dio un giro triunfal por las inmediaciones de la plaza fundacional de la provincia. Una vez que llegó a los pies de su templo, algunos fieles no pudieron contener las lágrimas de emoción. Cuando quedó entronizada comenzó la solemne misa en honor a la Santa patrona.