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Huarpe Deportivo > Primera Nacional

San Martín recibió una dosis de realidad

No hizo pie en Tucumán y cortó una racha de cinco partidos sin derrotas.

09 de abril de 2023

Impensado en la previa, dosis de realidad en la cancha y un San Martín que perdió la brújula y su norte fue todo para su homónimo tucumano. Que no solo lo castigó con el 4-1 por la 11º fecha de la Primera Nacional, sino que le dio cierre a una serie de cinco partidos sin caer y de manera tan abultada como la falta de coordinación y juego en el verdinegro.

La racha de César Monasterio tuvo un frenó y fue en seco. Fin para los tres partidos que se dieron en orden cronológico. Victoria y luego dos empates para llegar a la goleada en Tucumán. Que fue una continuidad de la poca producción que ya evidenció la fecha anterior en el pobre empate sin goles ante Nueva Chicago.

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Es que San Martín de Tucumán sacó a florecer las falencias de un verdinegro que nuevamente careció de peso ofensivo, pero que se agudizó porque fue un equipo sin reacción, que ya en el medio, donde nace la real intensión de juego, no tuvo funcionamiento y que se tradujo en una nula generación.

Que resaltó más con los cuatros goles del santo tucumano, que pegó de entrada (a los 11’ Emanuel Dening puso el 1-0) y en el complemento sacó provecho de un indeciso e impreciso San Martín que en 9’ recibió tres goles y uno de ellos –el cuarto- en contra por medio de Aguirre. Solo el descuento de Masuero para achicar el resultado global en un partido que dejó más dudas que certezas y gran dolor de cabeza para lo que viene.

Es que desde que Monasterio llegó mantuvo la línea de juego de Antuña en el interinato, sin grandes retoques porque no había perdido más allá que su rendimiento evidenciaba una merma que tuvo su picó máximo este domingo en Tucumán.

Porque San Martín chocó contra su impotencia, de ser un equipo que solo jugó 10 minutos, luego llegaron los errores, malos cierres, falto de coordinación, sin gravitar en el medio, con pocas ideas e inexpresivo en el ataque.

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Además, no tuvo oficio ni resto para salir a flote. Cuando le sacaron la pelota y le convirtieron lo condenaron. Síntomas de un equipo que jugó incómodo y no se encontró. Ni siquiera con la apuesta de entrada con Nicolás Pelaitay para tener mayor marca y no dejar jugar al rival.

Pero la iniciativa fue siempre del local, que antes del primer gol ya había marcado el terreno y exigido al arquero Monllor. San Martín se desdibujó rápidamente y el resultado final condicionó al verdinegro para lo que viene, que es Temperley de local, donde la obligación de cambiar el libreto se impone para no volver a recibir golpes.

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