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Por qué la yerba o el tomate cuestan hasta 10 veces más en la góndola de lo que recibe el productor

La diferencia de precios entre lo que pagó el consumidor y lo que recibió el productor en el campo por sus productos agropecuarios revirtió la baja de octubre y subió 2,9% en noviembre.

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

El precio al que se venden las frutas y verduras en los supermercados equivale casi a seis veces el que recibe el productor. Por ejemplo, con un billete de $1000, en un supermercado se pueden comprar apenas más de 2 kilos de yerba. En tanto, al productor por ese valor le compran 25 kilos de hoja verde de yerba.

Según un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el consumidor pagó, en promedio, 5,8 veces más de lo que cobró el productor por esos alimentos.

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La diferencia de precios entre lo que pagó el consumidor y lo que recibió el productor en el campo por sus productos agropecuarios revirtió la baja de octubre y subió 2,9% en noviembre.

¿Qué debería hacer un gobierno para achicar la distancia entre lo que pagan consumidores y lo que recibe el productor? Para combatir oligopolios -cuando el número de vendedores y empresas que compiten es reducido- hay dos caminos. El más rudimentario es pedirle a cada intermediario entre productores y consumidores que informen los precios de compra y venta de los productos.

Las empresas intermedian una gran cantidad de productos y es complejo constatar que digan la verdad. El segundo camino, basado en las herramientas que le da la microeconomía a los economistas es analizar las barreras a la entrada de oferentes, en cada eslabón del proceso de intermediación.

Por ejemplo, si un kilo de tomates sale en el campo $40, trasladarlo a las ciudades cuesta $30 y en las verdulerías lo venden a $100, ¿Qué impide a que ingresen jugadores en los eslabones de transporte, compren un camión y ganen fortunas? Lo mismo aplica para quienes le venden a la demanda final. Los funcionarios del gobierno podrían averiguar en qué eslabón de la cadena hay mayor concentración para así impulsar el ingreso de nuevos jugadores.

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"En noviembre, la mayor brecha entre precio de origen y destino se dio en la zanahoria, con una diferencia de 15,7 veces, ampliando en casi 5 puntos la brecha frente a octubre (10,8 veces). Le siguió la cebolla (11,9 veces), la mandarina (11,9 veces) y la naranja (11,7 veces)", explicó el informe de la CAME.

Y agregó que los productos con menores brechas, fueron: pollo (1,4 veces), huevo (2,2 veces), repollo (2,5) y frutilla, que subió de 2,3 veces en octubre a 2,7 veces en noviembre, convirtiéndose en el cuarto producto con mayor tasa de variación.

Un dato para destacar de noviembre es la diferencia en los precios de góndola entre los comercios minoristas pymes y los hipermercados. De los 24 productos analizados, en sólo dos los híper tuvieron mejores precios. En los 22 restantes, los comercios pymes tenían valores que, en promedio, resultaron 10,3% más bajos.

Los datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el sector de Economías Regionales de CAME basándose en los precios de origen de las principales zonas de producción y a más de 700 precios de cada producto en destino, relevados no sólo en verdulerías y mercados por un equipo de 30 encuestadores, sino también mediante un monitoreo de los precios online de los principales hipermercados del país, durante la segunda quincena del mes.

Fuente: LARA LÓPEZ CALVO / EL CRONISTA.

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