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Ir a las Lagunas de Guanacache siempre es una experiencia reveladora y aleccionadora
Aislados, fuera del sistema y lejos de sus pestes.
Para los cuatro que fuimos de la ciudad como invitados a participar de la asamblea organizada por la comunidad Huarpe Aguas Verdes de las Lagunas de Guanacache (Nadia Gómez, Federico Sanna, Gonzalo Medina y quien escribe), la experiencia compartida nos pareció lo mismo y en el viaje de vuelta lo comentamos y coincidimos: "ir a las Lagunas, siempre es una experiencia reveladora y aleccionadora".
Cuando íbamos llegando al Puesto Alto de La Hormiga de José Díaz (lugar donde se realizó la asamblea), sentimos como que estábamos entrando a otra dimensión, a otro planeta. No por las notorias diferencias geográficas y paisajísticas con la ciudad (los cuatro ya conocíamos de antemano la zona); sino porque con lo primero que nos encontramos fue con niños corriendo libres por el campo, jugando en los corrales e interactuando entre ellos, como hace meses los de las ciudades del mundo no pueden hacer.
Al estacionar la camioneta bajo la sombra de uno de los algarrobos del lugar, desde adentro y por entre los espacios limpios del parabrisas lleno de tierra, observamos que los que habían llegado antes que nosotros, ninguno usaba barbijo ni tapabocas... y no era por irresponsabilidad, sino porque así viven: aislados; fuera del sistema y lejos de sus pestes.
“Los que estamos aquí no vamos nunca para el centro”, dijo María apuntando hacia la villa Media Agua, el centro poblacional más grande del departamento Sarmiento (casi 12 mil habitantes), ubicado a 20 kilómetros al norte de las Lagunas. “Y ahora como están las cosas, menos”, agregó. “Y mire cómo será, que así como el intendente y el gobernador nunca vienen por acá, las pestes tampoco”, sentenció entre risas.
Cada vez que salía el tema de la pandemia, las preguntas recurrentes de los laguneros giraban en torno a cómo la sobrellevamos en la ciudad. Si es o no incómodo andar con barbijo. Cuánto tiempo de vida consumimos para hacer esas largas colas, y encima para pagar. O cómo hacemos para viajar en colectivo, o para el simple hecho de ir a comprar una semita (pan con chicharrones, un producto alimenticio típico de San Juan que se consume en los desayunos y meriendas).
En las Lagunas de Guanacache todo es diferente. Los ritmos, las costumbres, las relaciones, los valores, las carencias y necesidades... Viven con otra cosmovisión.
Si bien la reunión fue provechosa, el helado viento sur apuró los trámites y decidimos levantar campamento pasada las 16.
Agradecimos, nos agradecieron, saludamos y casi en silencio los cuatro volvimos a la ciudad con miles de imágenes inolvidables; con sentimientos entrañables y algunas preguntas existenciales...
¿Será la pandemia la que hará que los de las urbes nos acostumbremos a no dar la mano; a no abrazar al hermano, al amigo, al ser querido... a olvidar lo que es compartir, empatizar?.
Así están las cosas en las Lagunas de Guanacache. Así estamos "los de la ciudad".