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Por las protestas, Rousseff convocó a un plebiscito para una reforma política
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, propuso buscar una salida a las masivas manifestaciones de la ciudadanía brasileña y llamó a realizar un plebiscito para convocar a una asamblea constituyente con el objeto de realizar una profunda reforma política del país. La mandataria brasileña anunció la propuesta durante una reunión con gobernadores y alcaldes a
POR REDACCIÓN
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, propuso buscar una salida a las masivas manifestaciones de la ciudadanía brasileña y llamó a realizar un plebiscito para convocar a una asamblea constituyente con el objeto de realizar una profunda reforma política del país.
La mandataria brasileña anunció la propuesta durante una reunión con gobernadores y alcaldes a los que citó para concertar respuestas a las protestas callejeras masivas de las últimas semanas.
“Quiero en este momento proponer el debate sobre la convocatoria de un plebiscito popular que autorice un proceso constituyente específico para hacer la reforma política que el país tanto necesita”, dijo Rousseff al comienzo de la reunión convocada por ella misma en Brasilia.
“Brasil está maduro para avanzar y ya dejó claro que no quiere quedarse parado donde está. Debemos también dar prioridad al combate contra la corrupción de manera aun más contundente”, agregó Rousseff, quien intenta dar respuestas concretas a la ola de protestas que estalló hace cerca de dos semanas en Sao Paulo y hoy alcanza a todo el país.
Para tratar de llegar a una solución, Rousseff propuso, “al menos cinco pactos a favor de Brasil”. “La energía que viene de las calles es mayor que cualquier obstáculo. No tenemos por qué permanecer inertes, incómodos o divididos. Por eso yo traigo propuestas concretas y disposición política para que discutamos al menos cinco pactos”, dijo la mandataria.
Los pactos propuestos están relacionados con la responsabilidad fiscal, reformas políticas, y reformas en las áreas de salud, transporte y educación.
Las protestas en Brasil comenzaron hace casi dos semanas en San Pablo, exclusivamente contra la subida de los pasajes, pero ganaron otras reivindicaciones, como mayores inversiones en salud y en educación, y críticas contra la corrupción y los elevados gastos del Gobierno para organizar eventos como el Mundial de Fútbol de 2014.