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Un príncipe tiene varios autos bañados en oro

Turki bin Abdullah, heredero de la familia real, es dueño de una colección de lujo que exhibe sin pudor por el mundo y las redes sociales.

POR REDACCIÓN

23 de mayo de 2016

Turki bin Abdullah es joven, billonario y ostentoso. El resultado de la combustión de estos factores se vislumbran en sus publicaciones de la red social Instagram, donde presume de sus autos de lujo enchapados en oro. De sus caprichos de niño rico se distingue la devoción por coleccionar vehículos premium y personalizarlos con un extravagante baño en oro. Encarna la expresión de un estilo de vida donde priman la abundancia y la exuberancia.

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Las imágenes son evidentes. Su condición de príncipe de la realeza saudí y las generosidades económicas de los petrodólares le permiten desplegar toda la obscenidad de su opulencia por un puñado de likes y por los países que visita. Londres fue el último escenario donde se paseó a bordo de cuatro autos dorados: un Lamborghini Aventador, un Mercedes Benz G63 AMG 6×6, un Bentley Flying Spur y un Rolls-Royce Phantom.

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Turki, perteneciente a la familia real de la casa de Saud -considerada la más rica del mundo-, estacionó su flota exótica frente al hotel Jumeirah Carlton, donde se hospedó. A pesar de contar con estacionamiento privado, eligió montar un espectáculo para los londinenses que quieran eclipsarse con el brillo de sus autos. En fila, uno detrás del otro, se presentaban un inverosímil Lamborghini Aventador, un portentoso Mercedes de seis ruedas, un refinado Bentley y un prodigioso Phantom, con el rasgo distintivo común del brillo dorado.

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