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Baby Etchecopar se peleó con su hijo por plata y no se hablan
Baby Etchecopar dejó en claro los motivos de la pelea con uno de sus hijos, con quien no se habla desde hace tiempo.
POR REDACCIÓN
Baby Etchecopar develó una compleja interna familiar y admitió que está distanciado de uno de sus hijos biológicos debido a reclamos de índole económica que considera injustos. Ante las cámaras, el conductor, quien tiene seis hijos en total —tres de su pareja y tres propios—, declaró: “Amo a mis hijos. Yo tengo seis: tres de mi mujer y tres míos. Son chicos maravillosos. Pero también tienen sus problemas”.
Con su característico estilo directo, Etchecopar expuso que la raíz del conflicto radica en las expectativas materiales que algunos de sus hijos depositan sobre él debido a su posición económica. Según Baby, "Ellos creen que vos tenés que comprarle todo: la casa, el auto, las vacaciones…”. A estos pedidos se suman comentarios que cuestionan su riqueza: “Además te dicen: ‘con la que tenés’. Tengo tres laburos. Vivo bien, pero no tengo como para comprar tres casas. Son un millón de dólares. No lo tengo”.
Aunque asegura que sus hijos “son divinos” y tienen “buena madera”, el conductor confesó que la situación lo entristece y lo ha llevado a cortar la comunicación con uno de ellos. Para Etchecopar, la discusión trascendió lo material y se centró en la dignidad. Explicó que la ruptura ocurrió “Es porque uno a veces espera respeto. Hay palabras que duelen”. De hecho, admitió que, si continuara el diálogo, “si seguís hablando con ese hijo el rencor va a quedar”.
La tensión sobre sus finanzas incluso se vive en casa junto a su pareja, Silvina Cupeiro, con quien vive desde hace años. Baby reconoció que su mujer lo presiona al escuchar sobre la fortuna de otros colegas: “Mi mujer me dice: ‘Vos sos muy boludo, ¿no?’, cuando se entera de que hay periodistas que tienen tres o cuatro casas en Nordelta, Puerto Madero. Me dice: ‘¿Vos me estás ocultando guita?’ ”. Estos comentarios lo hacen reflexionar: “Me hace sentir más boludo, porque digo: ‘¿qué hice mal para no ganar mucho?’ ”.
El conductor concluyó con una profunda reflexión sobre la dinámica padre-hijo y el orgullo: “Hay que esperar tiempo, que se pula la cosa”. Reconoce que el orgullo es una barrera: “Además, no va a ver quién es más orgulloso. Es más orgulloso el padre. Y siempre el hijo tiene que decir ‘me equivoqué’ o plantearlo”. Finalmente, sentenció su postura ante los reclamos: “Son hijos, chicos. Nada más que hijos. Y yo no pago por amor”.