Declararon dos de las detenidas por el crimen del empresario español

Finalmente las tres detenidas por el crimen del empresario Gonzalo Giménez Avendaño (51) fueron llevadas a Tribunales para dar su versión de los hechos ante el Cuarto Juzgado de Instrucción, que investiga el homicidio de Rivadavia. Según pudo saber DIARIO HUARPE, dos de las detenidas: Camila Romero (18) y Sheila Moya (21) declararon ante la instructora de la causa. Mientras que Celeste Navas (18) se abstuvo de declarar. Las jóvenes todavía siguen privadas de su libertad, ya que se encuentran alojadas en la Comisaría 28va, según fuentes policiales.
El hombre fue encontrado con cuchillazos en su cuerpo y un golpe en la cabeza el miércoles 9 de octubre en su casa del country Portal de Las Sierras. Creen que fue víctima de un homicidio en ocasión de robo. Desde ahí la Policía inició una investigación que terminó con las tres jóvenes, oriundas de las Chimbas y Concepción, arrestadas. Extraoficialmente trascendió que ahora los policías buscan a una cuarta mujer, pero esto no fue confirmado por los investigadores. Todas pertenecen a un grupo de amistad que solía salir a comer y a bailar a veces. Otras veces hacía fiesta en la casa del empresario español.

La primera en estar cara a cara con la Justicia fue Celeste Navas. Esto fue el viernes. La joven se llamó a silencio pues se abstuvo de declarar, según manifestaron fuentes policiales. Luego fue el turno de Camila Romero, que declaró aproximadamente por seis horas. La joven empezó a ser indagada el viernes, pasó a un cuarto intermedio y finalizó con su relato el martes. Romero dijo que conocía al empresario español, pero aclaró que solo los unía una relación de amistad y negó haber estado la noche del homicidio. Por el contrario señaló que estuvo con un grupo de amigas en un boliche. Su abogado de apellido Palacios presentará como testigos a las jóvenes que estuvieron con Romero en el local bailable.

Gonzalo Giménez Avendaño tenía 51 años.

La otra que declaró fue Sheila Moya. La indagatoria fue este miércoles por la mañana. En una hora reunida con la instructora que lleva la causa, la joven contó que conocía al hombre desde el año pasado cuando empezaron a hablar en un boliche. Moya dijo que mantuvo en dos ocasiones encuentros sexuales con el empresario y que compartió con él fiestas privadas donde hubo otras personas, pero que hace meses que no lo vé.  Sobre la noche del crimen, Sheila relató que el martes por la mañana hizo una foto carnet 4x4 porque quiere ingresar a Gendarmería Nacional y que después se encontró con su novio. En la noche cenó con su pareja a la que llamó "un chamuyo" en la casa de la tía de este y en la mañana del miércoles fue a la casa de su abuela a dejarle un dinero que le había dado su tío. 

La Policía en la escena del crimen (Foto archivo de DIARIO HUARPE).

También reveló que se sorprendió cuando la Policía la detuvo. La joven en un principio negó conocer al empresario español, pero cuando los investigadores le mostraron una foto de Gonzalo Giménez Avendaño lo reconoció y manifestó que solamente lo ubicaba por el apodo de "El Gallego". Por su parte, su abogada Filomena Noriega dijo a este medio que presentarán como testimonios las declaraciones de su novio y de la tía para acreditar su coartada.
Por el momento las mujeres seguirán arrestadas hasta que lleguen las pruebas de hisopado que le practicaron una vez detenidas. El estudio comprobará o no los dichos de las jóvenes. El análisis permite establecer si las sospechosas mantuvieron relaciones sexuales con el hombre previo a su muerte. También los investigadores buscan establecer si hay restos de ADN de las detenidas en la casa.

La hipótesis policial es que el responsable o los responsables de la muerte de Avendaño estuvieron compartiendo una fiesta privada con el empresario y luego lo mataron de al menos cinco cuchillazos y un golpe en la cabeza entre las 2 y 6 de la madrugada. En el lugar hallaron latas de cerveza, lo que da a entender que hubo un encuentro de varias personas.
La Policía encontró ese día además del cuerpo, un gran desorden en la casa y 230 mil pesos en una caja. La presencia de dinero no descarta que la muerte haya sido provocada en una ocasión de robo.