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El pedido de “El Guille” para que su familia vaya a verlo

Hace casi un año que está en la Residencia Estatal Eva Perón. Su vida cambio de una manera radical, pasó de vivir en la calle a estar un lugar en el que lo cuidan y puede realizar diversas actividades. Sin embargo, desde que no está en la Peatonal no ve a su familia y es lo que más extraña de su vida pasada.

23 de junio de 2019

Callado, cabizbajo y sentado solo en una mesa rectangular Guillermo López, más conocido como “El Guille”, espera el almuerzo en la Residencia Estatal Eva Perón. Su vida dio un cambio radical luego de que lo encontraran casi congelado en julio del 2018, ahora está saludable, aumentó de peso, come todos los días y en ocasiones se anima a deleitar a sus compañeros con el canto que tanto lo caracterizaba en la Peatonal. Sin embargo, no es algo frecuente, lo hace principalmente en días en los que hay festejos en el Hogar de Ancianos.

Mientras espera, mira por las grandes ventanas del lugar recordando su vida pasada, aquella que tuvo durante al menos cuatro años y estuvo caracterizada por los vicios, el comer solo cuando reunía dinero para ello y el baile y canto con el que atraía a los ciudadanos que pasaban por la Peatonal. También, por el dormir a veces en una pensión y otras sobre los bancos de la Plaza 25 de Mayo o algún lugar en el que no fuera retirado por personal policial. Sin embargo, en medio de esta dura vida, había algo que le permitía a “El Guille” ser feliz: las visitas de su familia que es lo que más sufre actualmente en la residencia.  

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“Mi vida ha cambiado totalmente, estar acá no es lo mismo que estar en el centro, estoy bien acá pero extraño la Peatonal, mis amigos, mi familia que iba a visitarme ahí y acá no”, dijo con tristeza.

Es que a pesar de los frecuentes intentos del personal del hogar por tratar de contactarlos, aún no pueden hacerlo. “No he podido comunicarme con mi esposa y mis cuatro hijos: Guillermo, Marina, Carlos y Mariela, porque no tengo números de teléfono ni nada. Por última vez los vi hace dos años, lo que más extraño es el cariño y el afecto, no es lo mismo estar con un familiar que con un desconocido”, expresó Guillermo. Al hablar de ellos miraba el piso como si recordara los momentos que juntos vivieron. Es por eso que hizo un pedido especial: que si sus familiares ven la nota vayan a visitarlo a la Residencia Eva Perón.

Una vida distinta

“Es muy distinto no estar en la calle y estar en un lugar con contención”, expresó Guillermo. “En la Peatonal tenía que ganarme todos los días lo que comía y a veces no iba bien, sobrevivía, en cambio acá no”, añadió. Incluso, hay algo que él considera todo un lujo ya que en su pasado no podía hacerlo casi nunca, el comer milanesas.

Además del almuerzo hay otras cosas que disfruta mucho, el bingo y las cartas, el Chinchón principalmente. El canto y el baile no quedaron en el pasado pero tampoco son actividades que realiza frecuentemente debido a que dice no sentirse motivado. Aunque, admite que en ocasiones sorprende a sus compañeros con el canto de Ulises Bueno y Rodrigo, también con “cualquier canción que pongan de cumbia y cuarteto la bailo”.

Otras de las cosas que disfruta es pintar, “le gustaba mucho pintar mandalas y lo hace re bien pero ahora ya no pinta tanto”, contó Agostina Raed quien trabaja en la sala de estimulación y estuvo acompañando a Guillermo desde que ingresó al hogar.

La mujer acompañó a quien se ganó el cariño de los sanjuaninos desde que entró aquel frío día de julio. Con el pasar de los meses ayudó a que Guillermo adquiera confianza ya que en sus primeros días ni siquiera hablaba. También, lo incentivó en cada una de las actividades que se propuso y ahora “El Guille” lleva una vida feliz, a pesar de que extraña mucho y su principal sueño es reencontrarse con su familia.

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