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El Valle Grande se unió para pedir justicia por la muerte de 2 niños: "Necesitamos una ambulancia"

Los vecinos aseguran que en el centro de salud solo atienden hasta las 16. Piden una guardia para las urgencias médicas.

10 de junio de 2020

“Si me hubieran hecho la cesárea mi bebé estaría ahora conmigo. Hasta yo casi pierdo la vida. Estuve desangrándome y la gente del centro de salud no hizo nada. No sé cómo voy a seguir”, dice Gisell Vallejo. La mujer vive en el barrio Valle Grande, el viernes 5 de junio se le adelantó el parto, empezó a desangrarse y Misael nació muerto.

Mientras ella habla sobre su experiencia, se escucha a sus vecinos gritar también por otro caso: “Justicia por Rubén, justicia por Rubén”.

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Rubén era un niño de 7 años del Valle Grande, que falleció el 2 de junio a las 22, hora en la que se descompuso y la salita de la zona ya estaba cerrada.

Protesta en el barrio Valle Grande. Foto: Sergio Leiva / archivo DIARIO HUARPE.

Decenas de vecinos se organizaron por WhatsApp y cerca de las 9 de este miércoles se agruparon en una de las entradas del barrio de las 1.000 casas, ubicado en calle Meglioli y 5. Con golpes entre botellas, cubiertas incendiadas y carteles cortaron la calle para reclamar por las 2 últimas muertes que hubo.

Hermano de Rubén pidiendo justicia. Foto: Sergio Leiva / archivo DIARIO HUARPE.

“Necesitamos una guardia las 24 horas, una ambulancia en el centro de salud, acá se nos muere la gente”, dijo a DIARIO HUARPE una de las personas que vive ahí, Eduardo Montero.

Según el hombre, en la salita que está en medio del complejo solo dan 10 turnos diarios los cuales son insuficientes por la cantidad de personas que viven ahí. “¿Y los demás niños?”, se pregunta Eduardo. “¿Y si hay una urgencia en la madrugada?”, dice.

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Incluso, él cuenta que en varias oportunidades tuvo que trasladar a sus vecinos con urgencias médicas hasta el Hospital Marcial Quiroga. Esto lo hizo porque ahí solo atienden de 8 a 16.

A las 10.30 comenzaron a caminar hasta la salita barrial, a unas 6 cuadras de donde estaban. Pero apenas llegaron cerraron el portón metálico y 5 policías se colocaron en la puerta para frenar a todo aquel que tratara de ingresar.

“Necesitamos hablar con el director, tener una charla, queremos pedir por nuestra gente”, gritaban los manifestantes.

Familias frente al centro de salud del barrio Valle Grande. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Al principio se pidió de manera tranquila. Como nadie salía para dar respuestas, los manifestantes comenzaron a elevar el tono. “Vamos director, da la cara”, decía uno de los participantes de las protestas.

Luego todos se unieron en un solo canto: “Que den la cara la p*** que lo parió”. Lo hicieron golpeando botellas y aplaudiendo, en un estado de exaltación, buscan una respuesta desde hace meses y aún no la obtienen.

Familias frente al centro de salud del barrio Valle Grande. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

DIARIO HUARPE trató de ingresar y recién pudo hacerlo tras hablar con todos los efectivos que había ahí, pero pudo hacerlo tras la reja. “Traiga una respuesta por favor”, le pedían a los encargados de la seguridad.  Dos policías comenzaron a hablar entre ellos y el que custodiaba la puerta del lugar le dijo al otro que le habían dado la directiva de no entrevistar a nadie.

Familias frente al centro de salud del barrio Valle Grande. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Este último entró para obtener una respuesta, pero salió a los minutos: “No están los directivos, dentro de un rato va a venir alguien del Ministerio de Salud a hablar con los vecinos”, dijo. Pasado el mediodía aún no llegaba nadie. Los vecinos seguían firmes en su postura, cortando la calle y pidiendo por la ambulancia.

-Acá vienen solo cuando les tenemos que poner el voto y lo hacen con un bolsón de mercadería –dijo ofuscado un vecino de apellido Brizuela. Lo gritó al aire. Había algo que quedó claro luego de eso, quería que todos los presentes supieran que eso ocurría.

Antecedentes

Caso Rubencito

El 2 de junio a las 22 Rubén estaba jugando a las balitas con su amigo de enfrente cuando empezó a sentirse mal. Entró corriendo a su casa y su mamá, Noemí Mónica González, de 34 años, lo agarró en brazos. El niño empezó a vomitar y a rechinar los dientes. “Ahí salí corriendo a pedir ayuda a sus vecinos”, cuenta.

-Ayúdame que se me muere -le dijo a su esposo. A los minutos el niño murió.

Noemí cree que si la ambulancia o la Policía hubieran llegado a tiempo su hijo estaría vivo. “Internado o como sea, pero vivo”, dice. Cuenta también que Rubén tenía una cardiopatía congénita y que a los 5 días de vida lo habían operado del corazón en Buenos Aires.

Mientras ella habla, una de sus hijas, Jazmín de 10 años, les pone alcohol en gel a quienes fueron a pedir justicia por su hermano.

“Mi Rubencito era un niño alegre, contento, pícaro, le encantaba jugar con los amigos. Su deseo era ser bombero”, recuerda su padre Jhonatán Rubén Silva. Trata de mantenerse fuerte. Su esposa suelta algunas lágrimas y él la abraza para sostenerla.

Caso Misael

Gisell Vallejo tiene 29 años. El viernes 5 de junio, cuando cursaba el octavo mes de gestación, se le adelantó el parto y tuvo a su bebé en su casa, a una cuadra del centro de salud del barrio Valle Grande.

“Cuando fui a pedir ayuda a la salita me dijeron que la llevara a mi mujer, no me dieron ni una silla de ruedas para llevarla y eso que estamos a 1 cuadra”, recuerda su esposo, Miguel Ángel Ortiz de 43 años.

Esto pasaba y Gisell se desangraba en la puerta de la casa. El hombre fue a pedir ayuda a la Policía del barrio y la agente Macarena Molina colaboró en el parto en el que el niño, a quien iban a llamar Misael, nació sin vida.

La mujer estuvo internada anteriormente en el Hospital Rawson debido a que su embarazo era de riesgo porque sus hijos anteriores habían sido prematuros. Cree que si le hubieran hecho una cesárea ahora su hijo estaría vivo.

“Estoy tratando de salir adelante por hijos, pero yo no sé cómo voy a seguir. Esperaba con tantas ganas a Misael”, dice y las lágrimas la invaden.

Gisell Vallejo y Miguel Ánguel Ortiz pidiendo justicia. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

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