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Opinión > Política

Entre Alfonsín y Fernández

Si en el año 1983 hubiera estado vigente el actual Código Nacional Electoral, que es el que rige las elecciones de autoridades nacionales, la memorable jornada electoral en la que triunfó el binomio Alfonsín-Martínez no hubiera podido realizarse un día como hoy.

Si en el año 1983 hubiera estado vigente el actual Código Nacional Electoral, que es el que rige las elecciones de autoridades nacionales, la memorable jornada electoral en la que triunfó el binomio Alfonsín-Martínez no hubiera podido realizarse un día como hoy. Es que la actual legislación establece que las elecciones nacionales deben llevarse a cabo el cuarto domingo de octubre del año en el que corresponde que se realicen, y el cuarto domingo de octubre de 1983 fue el 23.

Pero la legislación no era la misma por entonces, motivo por el cual, hoy, hace exactamente treinta y seis años, el líder radical se convertía, merced a la notable elección popular desarrollada ese día, con el 51,7% de los sufragios, en el trigésimo primer presidente constitucional de la Argentina, contando como primero a Justo José de Urquiza, quien inició su gestión el 5 de marzo de 1854.

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Aquella memorable jornada del 30 de octubre de 1983, marcó el retorno a la democracia en nuestro país de la mano de un presidente que, con todos los errores de gestión que pudieron adjudicársele, ha pasado a la historia como uno de los más fantásticos estadistas y oradores que haya dado el suelo argentino.

Esa democracia inaugurada en aquellos años se ha extendido en el tiempo, y en ese contexto, hace apenas tres días, los argentinos elegimos al cuadragésimo segundo presidente constitucional en  nuestra historia. En efecto, Alberto Ángel Fernández se convertirá, a partir del próximo 10 de diciembre, en el noveno presidente de la democracia recuperada en 1983. Estaría precedido por Alfonsín, Menem en dos presidencias, De la Rúa, Rodríguez Saa, Duhalde, Kirchner en dos períodos, Cristina Fernández en otros dos y Macri.

Rodríguez Saá y Duhalde no fueron elegidos por el pueblo, pero después de la renuncia de De la Rúa, asumieron sucesivamente la presidencia en el marco de la ley de acefalía vigente. Como Duhalde también renunció a partir del 25 de mayo de 2003, por aplicación del Art. 88 de la Constitución Nacional se dispuso que asumiera el cargo, para terminar el período que había iniciado el presidente radical en 1989, Néstor Carlos Kirchner, quien ya había sido electo en las elecciones del 27 de abril de 2003 para gobernar entre 2003 y 2007. El santacruceño primero debió terminar el periodo 1999-2003, para luego iniciar aquel para el cual se lo había designado presidente.

En estos treinta y seis años la Argentina ha visto pasar a ocho presidentes, de los cuales, hasta hoy, solo Menem, Néstor y Cristina empezaron y terminaron sus respectivos períodos presidenciales. Alfonsín, De la Rúa, Rodriguez Saa y Duhalde renunciaron a sus cargos, como antes lo habían hecho Derqui, Juarez Célman, Luis Saenz Peña, Ortiz, Cámpora y Lastiri.

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Es por ello que si Macri termina su gestión como corresponde, dentro de un mes y medio, marcará un hito en la historia de la Argentina, porque se convertirá en el primer presidente no peronista en terminar una gestión desde que Perón asumió su primera presidencia en 1946. El último presidente no peronista que en nuestro país empezó y terminó un período completo, fue otro ingeniero (y también militar de profesión): Agustín Pedro Justo, quien gobernó entre 1932 y 1938. Ochenta y un años habrán tenido que transcurrir para que ello ocurra nuevamente el próximo 10 de diciembre.

Quienes valoramos la alternancia entre partidos políticos en el ejercicio del poder, será un hecho republicanamente destacable, que es necesario divulgar para evitar en el futuro que se repitan hegemonías partidarias e ideológicas que no han dado buenos resultados en nuestro país.

                           

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