Publicidad

Sociedad

Hicieron Mendoza - San Juan en parapente y batieron un récord

Salieron desde el Cerro Arco de aquella provincia y durante horas de vuelo aterrizaron en San Juan. Hicieron más de 150 kilómetros despegados del suelo.

POR REDACCIÓN

15 de octubre de 2019

Emiliano Favero, un ingeniero agrimensor alvarense de 32 años, el sábado 12 de octubre pasado, junto al profesor de Educación Física Marcelo Retamales (48), volaron cada cual en su parapente desde la cima del Cerro Arco de Mendoza hasta los suburbios de la ciudad de San Juan. Recorrieron en línea recta 151 kilómetros, volaron 7 horas y batieron el récord mendocino de vuelo en parapente. "Fue el primer vuelo del año y terminó siendo el más largo de la historia", cuenta orgulloso Emiliano.

Aprovechando esta época del año, la mejor de todas por sus corrientes de aire cálido ascendentes, los dos parapentistas despegaron a las 11 del Arco y llegaron casi 7 horas después a San Juan. "Luego nos tomamos un colectivo de transporte urbano que nos dejó en la terminal y más tarde un micro de larga distancia que nos trajo de regreso", recuerda el alvearense.

Publicidad

"Nos organizamos con Marcelo, me tomé el micro en Alvear y subimos al Cerro Arco temprano, a eso de las 9.30, con una camioneta que iba para arriba. A las 11 despegamos. El clima no estaba del todo bueno y a las cuatro horas de vuelo llevábamos apenas 50 kilómetros, pero después mejoraron las condiciones, todo fue bastante más rápido y a las 7 horas estábamos aterrizando en los alrededores de San Juan, hacia la montaña, porque no podemos aterrizar en el centro. Fueron 151 kilómetros, en línea recta, y el récord es de los dos", cuenta Emiliano, nativo de General Alvear.

El parapentista explica que volaron cada uno en su parapente pero casi pegados porque “eso ayuda bastante porque aumenta las posibilidades de encontrar corrientes ascendentes. Cuando uno encuentra aire ascendente el otro se le acopla y permite ganancia de altura. Llegamos a volar a 2.800 metros, en transiciones de acenso y descenso de entre 5 y 15 kilómetros”, relata.

Dice que el Arco es uno de los mejores lugares, "porque es de fácil acceso, que puede despegarse desde casi cualquier cerro, porque uno tiene la posibilidad de llevar el equipo en una mochila".

El parapente cabe dentro de una mochila y pasa unos 12 kilos. Para hacer vuelos largos el parapentista necesita llevar agua, algún alimento energético y una sonda para poder orinar.

Publicidad

Los parapentistas están nucleados en la Federación Argentina de Vuelo Libre, que extiende tres licencias distintas, de acuerdo al nivel. Además otorga la de instructor y la que permite volar en biplaza, llevando a un paseante y que son las utilizadas para turismo.

Asegura que la práctica no es riesgosa. "El riesgo está más en la persona que en el deporte. El límite lo pone cada uno. Cuando se es alumno, se vuela en condiciones muy suaves pero cuando uno es más experimentado, extiende los límites y comienza a asumir más riesgos. Volar en parapente es muy seguro y solo depende de cada uno”.

Añade que ahora, ya superado el desafió de los 150 kilómetros, " a veces el desafío no son vuelos no tan largos, sino algunos más cortos pero con más desafíos. Yo he sido el único que ha logrado llegar a Uspallata, en una ruta que tiene montaña altas y no hay caminos".

No hace muchos días también se ha batido el récord mundial de vuelo en parapente. Fue en el norte de Brasil, en donde se llegó a los 582 kilómetros, en 11 horas de vuelo.

Fuente: Diario Uno

Publicidad
Más Leídas
Publicidad

ÚLTIMAS NOTICIAS