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Terminó la secundaria a los 40 años y ahora dirige una posada en Barreal

Mónica Angel recibió el apoyo de sus jefes y su familia para poder terminar el secundario a los 40 años. ¿La recompensa por tanto esfuerzo? Dirigir una posada en Barreal, haciendo lo que más ama en el mundo: el turismo.

04 de enero de 2024
Mónica ahora dirige la "Posada Ansilta". (Foto: gentileza).

Mónica Angel actualmente tiene 42 años, tiene cuatro hijos, vive en Barreal y dirige un alojamiento llamado “Posada Ansilta”, ubicada en Barreal. Pero no siempre su vida fue así: por múltiples razones, nunca pudo terminar la educación secundaria. Pero con esfuerzo y colaboración tanto de sus jefes como de su familia, viajó dos veces por semana a la Villa Calingasta durante dos años seguidos para poder culminar sus estudios a sus 40. El premio que le dio la vida después de tanta constancia fue desarrollarse profesionalmente en su pasión: el turismo.

DIARIO HUARPE habló con Angel, quien contó que, por circunstancias propias de la vida, no pudo terminar la secundaria, la cual dejó a sus 17 años. Sin embargo, para ella siempre fue una materia pendiente y de hecho, su familia siempre le insistió para que cumpliera el objetivo. Principalmente, su abuelo.

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“Toda mi familia me insistía para que terminara. Pero más fue mi abuelo el que me dijo que tenía que terminar. Cuando terminé, mi título fue al cielo”, comentó.

En este sentido, hace cuatro años comenzó a trabajar en la “Posada Ansilta”, donde sus dueños Pablo y Mauricio Meglioli, comenzaron a insistirle para terminar su secundaria. Inmediatamente, Mónica se puso a estudiar a través del Plan FinEs en el Centros Educativos de Nivel Secundario (CENS) de Calingasta.

Dos veces por semana viajaba 40 kilómetros desde Barreal al centro del departamento. Junto con otras tres mujeres, mayores ellas también, se embarcaron en el desafío de terminar la escuela. Una vez recibida, la vida y el esfuerzo la premiaron con la dirigencia de la posada.

“Para mí significó un gran desafío el terminar mi colegio. Eso anhelaba, porque tengo cuatro hijos. Es un objetivo que tenía que terminar. Con el título en mano, estoy muy orgullosa”, manifestó Mónica.

Ahora, luego de terminar sus estudios, hace lo que más le gusta que es desarrollar el turismo:“Me encanta el turismo. Amo la posada y la gente. Cuando la gente te abraza y te hace llorar. Les muestro el amor y el afecto para que no les falte nada. Gracias a la posada he crecido como mujer y persona”.

“Nunca es tarde para estudiar”, dice Mónica. La mujer de 42 años asegura que seguirá estudiando, fundamentalmente idiomas como el francés o el inglés, debido a que a la posada llegan turistas de todas partes del mundo.

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