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Provinciales > Apertura de templos

Juan Carlos, el sanjuanino que fue de casualidad a la Catedral para pedir una casa y vivir en paz

Tiene 69 años. “Hablar con Dios me da tranquilidad, él nunca me abandona”, dice entre lágrimas.

18 de mayo de 2020

Tras 60 días desde que se anunció la cuarentena por el coronavirus, este lunes los templos religiosos en San Juan abrieron nuevamente las puertas para que los fieles vayan a rezar. En la entrada de la Catedral está Luis Quiroga que les coloca a cada persona que entra alcohol líquido en las manos y guía la circulación dentro del templo. El procedimiento es ordenado, pese a que pueden ingresar sin importar la terminación de documento.

No hay pasillos internos que lleven hasta el altar, sino unos pocos bancos que reúnen a casi 10 personas. El  penúltimo está ocupado por Juan Carlos Flores. Tiene 69 años, pero eso no le impide estar de rodillas con sus manos entrecruzadas tapándose la cara. Está llorando. Mira a Jesús en la cruz y le hace un pedido murmurando, agacha la cabeza y vuelve a llorar.

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“Durante todo este tiempo me pasaron muchas cosas: mi familia me corrió de la casa”, le dice a DIARIO HUARPE.

Juan Carlos vive frente a la Villa San Damián en el departamento de Rawson. Hace 33 años está separado de hecho de su esposa que tiene 74. Cuenta que hace 2 años lo echaron a la calle y tuvo que dormir en distintos lugares de la provincia hasta el 20 de marzo que comenzó la cuarentena. Su exesposa le facilitó una habitación de la casa que él construyó hace más de 45 años.

Juan Carlos estaba rezando pidiendo tener paz en su vida. Foto: Sergio Leiva/DIARIO HUARPE.

“Es una alegría que hayan abierto los templos. En mi casa no puedo hablar y ahora cuando vine me pude desahogar con Dios”, cuenta llorando. “Mis lágrimas son porque quiero vivir en paz y tener una casita para pasar mis últimos años”, agrega desconsolado.

Juan Carlos se tomó el colectivo de la línea 15. Dice que no tenía pensado entrar a la Catedral. Su plan original era ir hasta un mayorista en Capital para comprar pares de medias que luego revende en el Mercado Concentrador de Rawson.

“Dios me señaló el camino. Comencé a caminar y vi que el templo estaba abierto, subí los escalones y entré a rezar. Él no me abandonó nunca ni en mis peores momentos cuando escasamente tuve para comer”, comenta.

Con lo que gana vendiendo Juan compra alimentos para todo el mes. Todo este tiempo en cuarentena pudo vivir con una pensión por vejez que cobra porque no pudo trabajar.

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 “Le pido al Señor que me devuelva la felicidad y me saque de esa casa”, se seca las lágrimas, se sube su barbijo rojo y se va.

Otros testimonios

Eliana Illanes, de 40, entró a la Catedral. Primero se limpió las zapatillas blancas sobre el trapo de piso con lavandina que hay en la puerta y le colocaron alcohol en sus manos. Luego de cumplir el protocolo, se arrodilló y estuvo rezando por más de 10 minutos.

Como los otros fieles miraba desde lejos las imágenes de los santos que estaban cercadas por una fila de bancos para evitar tocarlos. Al salir colocó algo de dinero en una alcancía.

“Es emocionante volver, estoy muy feliz con que los templos hayan abierto sobre todo para la gente creyente. Pedí para que toda esta pandemia pase y no deje más muertos”, dice.

Eliana pudo rezar, pero cuenta que va a extrañar las celebraciones eucarísticas. Dice que durante la cuarentena vio misas por televisión y escuchaba programas católicos en la radio. Es catequista de la Iglesia Medalla Milagrosa y usaba la computadora para enviarles las tareas a sus alumnos.

Eliana Illanes fue a la iglesia a pedir por sus alumnos y familiares. Foto: Sergio Leiva/DIARIO HUARPE.

Las confesiones son alrededor del altar. En cada lado, un cura sentado en un banco escucha a los fieles manteniendo una distancia de un metro. Ahí está Cristina Cano, de 42 años. Cuenta que esperaba el momento para ir a rezar para que mejore la economía del país y que los enfermos del coronavirus se recuperen.

“Sentí la necesidad de venir a hablar con Dios, es la salvación que tenemos ante este flagelo”, dice. En todo este tiempo rezó en su casa junto a sus hijos.

Cristina Cano, fue a rezar por sus hijos. Foto: Sergio Leiva/DIARIO HUARPE.

Economía de las iglesias en cuarentena 

Las parroquias se sostienen mayoritariamente con el aporte económico de los fieles. En la puerta de la Catedral están tomando las intenciones que se leerán en la misa del domingo. Con eso buscan recaudar fondos para sopesar los que le provocó la pandemia. En todo este tiempo no pudieron recibir limosnas.

En San Juan son 46 parroquias distribuidas en los 19 departamentos. Según el Arzobispado, las más pobres reciben $4.000 por mes del Estado nacional. En cada una hay un Consejo de Asuntos Económicos conformado por 4 o 5 laicos que junto con el párroco se encargan de las cuestiones administrativas. Para afrontar los gastos, algunas ahorraron dinero y contaban con un fondo para hacer frente a 2 o 3 meses de los gastos de los servicios. La mitad dispuso de una cuenta bancaria para todos aquellos que quisieran colaborar.

Las iglesias abrieron nuevamente en San Juan después de 60 días. Foto: Sergio Leiva/DIARIO HUARPE.

Templos judíos

Leonardo Siere de Sociedad Israelita de Beneficencia de San Juan contó que la sinagoga que tienen en Avenida Córdoba entre Sarmiento y Entre Ríos abrirá cumpliendo con el protocolo sanitario que emitió el Gobierno provincial. El servicio de culto y administración funcionarán los días viernes y sábado.

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