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Opinión

Justicia rural, hacer la diferencia

“El Poder de Uno es Hacer Algo”, frase con la que cierra un video de promoción (verdaderamente movilizador y vigente por la temática) realizado en el año 1993 por ECO OneEarth.org … vale la pena verlo en YouTube, para entender que Uno tiene el poder de cambiar con acciones positivas, figurativamente, al menos “un metro cuadrado” y que la suma de todas esas acciones puede realizar un cambio positivo de una “gran superficie”.

Esta línea de pensamiento se vincula en cierta manera con “Las 100 Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condiciones de Vulnerabilidad” sancionado por la XIV Cumbre Judicial Iberoamericana (Brasilia 2008), el cual inspira el Programa Justicia Rural del Poder Judicial de San Juan.
Es sabido que un derecho formalmente reconocido por el Estado, que no puede ser efectivamente ejercicio, termina siendo un derecho ilusorio, ficticio o virtual, que insulta el principio de igualdad ante la Ley. 

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Consubstanciado con esta filosofía, Justicia Rural se lleva adelante en localidades rurales de los departamentos más alejados de la Ciudad de San Juan, con participación de magistrados y funcionarios del Poder Judicial y del Ministerio Público,  de organismos del Poder Ejecutivo y Municipios, los que en forma conjunta y coordinada, acercan el Estado y el Poder Judicial en particular, hasta aquellas localidades más alejadas, ofreciendo alfabetización legal, asesoramiento jurídico y el propio servicio de justicia a los ciudadanos que los habitan y que se encuentran en desventaja o desigualdad en el ejercicio de sus derechos por razones geográficas, culturales, económicas, físicas, etc.
En definitiva, Justicia Rural propone “hacer la diferencia” para aquellas personas que, sin ese Estado cercano y presente, no visibilizan sus derechos ni acceden a la Justicia promoviendo su tutela efectiva, posibilitando así, que exista esa Igualdad ante la Ley, principio rector de nuestra Constitución. 
Justicia Rural pretende iluminar a quienes están en cierta forma en la oscuridad o extravío de sus derechos, elevándolos en la conciencia y brindándoles las herramientas y vías legales para su ejercicio y realización. 

Después de haberse concreado el programa en Sarmiento, Calingasta y Valle Fértil, se pueden citar estos ejemplos: ayer, una madre soltera con tres hijos de distintos padres no reconocidos ni proveedores de asistencia alimentaria, hoy goza de una sentencia judicial de filiación y condena de alimentos para los progenitores… ayer, una persona con discapacidad sin recursos, hoy goza de una pensión y beneficios del Estado previstos por discapacidad… ayer, una menor que era abusada sexualmente por un familiar, hoy está contenida legalmente intentando superar su trauma, continuando con sus estudios mientras el abusador se encuentra bajo proceso penal.

Estas son algunas de las realidades emergentes del paso de “Justicia Rural”, algunas diferencias obtenidas en la vida de estas personas, por acciones positivas, que prueban el Poder de Uno.

El autor es Subsecretario Administrativo de la Corte de Justicia.

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