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Los peluqueros de Chimbas que cortaron con la tristeza de los pibes
Franco y Matías quieren llegar a varios lugares de San Juan.
Por Facundo Merenda
El reloj marca las 7 de la mañana del domingo. Franco Pérez de 54 años junto a su amigo Matías Escalante de 30, se preparan para salir a recorrer el departamento de Chimbas. Con ellos no solo viaja la ilusión de conocer nuevos lugares, sino también la de ayudar a la gente.
Antes de partir se aseguran de llevarse todos los elementos necesarios, y el mate es el compañero infaltable para iniciar la travesía.
En una valija comienzan a cargar tijeras, espejos, peines y afeitadoras. Ellos tienen un propósito: cortar el pelo a cambio de una sonrisa.
El plan empezó hace un año.
Franco y Matías son casi vecinos. Pérez vive en el barrio Los Toneles y Escalante en la Villa Unión. Franco llegó a “Onda Urbana”, la peluquería que Matías inauguró en Villa Unión en el año 2018.
Durante un corte de pelo, Pérez le comentó que desde hace algunos años tenía la idea de salir por el departamento para ayudar a los niños.
Media hora después Matías le dijo que él pensaba en lo mismo. Una hora después los hombres se pusieron de acuerdo.
Ese día Matías quedó tan entusiasmado que decidió cerrar las puertas de la peluquería y diagramar el trabajo con Franco.
Así nació “Un corte por una sonrisa”.
“En la sonrisa de un niño se dibuja el rostro de Dios y ahí se resume todo lo que queríamos hacer: estar cerca de la gente”, cuenta Franco a DIARIO HUARPE.
El primer sitio que visitaron fue la Villa Pueyrredón y el barrio Los Toneles, en Chimbas. Cuentan que la aceptación de la gente fue “muy buena” y les dio ganas de seguir.
El destino que eligieron el domingo fue Villa del Sur, donde viven más de 200 familias. El lugar queda por Benavidez pasando Necochea, frente a la fábrica de vidrio Cattorini, en el límite con el departamento Santa Lucía.
Franco y Matías llegaron a las 9 de la mañana, abrieron el baúl del auto y bajaron las valijas con las herramientas de trabajo.
Las puertas de la Sala de Usos Múltiples (SUM) de la villa estaban abiertas. El lugar es amplio. Hay más de 10 ventanas que permiten el ingreso de la luz solar y la brisa del este que calmaba el calor de la jornada. En el techo, 2 ventiladores funcionan a toda velocidad para mover el aire del ambiente.
En la puerta, al costado, una señora anotaba y daba turnos. Había más de 80 chicos y la mayoría había ido con su mamá.
Rosa, Sabrina, Ana y María limpiaron y ordenaron las tijeras y algunas de ellas se propusieron a cortar el pelo a las niñas.
Franco actuó como coordinador de la actividad. Salió a recorrer casa por casa para decirles a los vecinos que ellos estaban adentro del SUM cortando el pelo de manera gratuita.
El boca a boca funcionó: en 1 hora recibieron a más de 30 personas que llegaron para renovarse el look.
“La idea de hacerlo todos los domingos funciona muy bien, porque la familia está en la casa y prácticamente no hay horarios definidos para ajustarse a la rutina semanal”, dice Matías que trabaja de lunes a sábado en su peluquería que abrió en 2018.
Los niños gritaban. Querían ser los primeros modelos de Franco y Matías. Algunos miraban con atención las revistas con los cortes de pelo que habían llevado.
Los varones casi que por unanimidad quisieron el mismo corte: rapado en los costados y un jopo para que se lo puedan peinar con gel.
Cada vez que alguien ingresa por la puerta y se registra para que le corten el pelo, Franco sonríe. Toda su vida soñó con ayudar a los demás y ahora lo está cumpliendo.
Franco quedó viudo en 2004. Su esposa Mirta Martínez falleció en un accidente. Con ella tuvo 3 hijas.
La pareja estaba acostumbrada a organizar peñas solidarias para ayudar a personas que lo necesitaban.
De hecho, ellos fueron los creadores de la Fiesta Provincial de la Empanada. En los primeros años se desarrolló en el Camping Chimbas Norte y después en el Predio Gaucho José Dolores. El 30% de lo recaudado iba destinado a instituciones de la provincia. Luego el evento fue tomado por la Municipalidad de Rivadavia en la gestión de Ana María López.
Franco trabajó en el Servicio Penitenciario Provincial hasta que en 2007 debió retirarse.
Dice que haber trabajado en medio de tanto encierro fue el disparador que tuvo para comenzar a recorrer todo su departamento.
“Mi vida dio un gran giro, pasé de un mundo con un personalidad más recto a otro donde el carisma es súper necesario”, cuenta.
El trabajo de Franco y Matías no solo es con los niños. Hace algunas semanas fueron a la Residencia de Adultos Mayores y les cortaron el pelo también a los abuelos.
Hoy solo recorren Chimbas porque viven ahí y el intendente Fabián Gramajo les ayuda con la movilidad cuando tienen que ir lejos.
Pero Franco y Matías quieren recorrer toda la provincia. Su objetivo es que más peluqueros se sumen a esta campaña solidaria.
“Esto lo hacemos con el corazón, no queremos tener límites. Tener la sonrisa de un chico a cambio de nuestro trabajo es lo que más nos gratifica”, concluye Matías.