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Provinciales > Historias Sanjuaninas

Sanjuanina adoptada busca a su madre biológica: “Quiero decirle que la amo y la perdono”

Nació el 5 de julio de 1966 en el Hospital Rawson. Lo único que sabe de su mamá es que es de apellido Díaz.

11 de abril de 2021

Corría el año 1995, Graciela Armand tenía 29 años y estaba internada en terapia intensiva en estado de gravedad. Pensaba que iba a morir así que quiso sacarse una duda que había tenido durante toda su vida, necesitaba esa respuesta para tener paz. “¿Soy hija adoptiva?”, le preguntó a su tía. En ese momento llegó la confirmación que había esperado durante años. “Sí, llegaste muy chiquita a la familia, apenas habías nacido”, le respondió su tía. Recurrió a ella porque su madre adoptiva había fallecido y nunca tuvo el valor de preguntárselo a su padre.

Graciela superó esa cirugía y salió de terapia. Nunca volvió a hablar del tema, hasta que en noviembre del 2020 hizo un retiro espiritual de silencio en el que descubrió que su herida era el no saber la verdad. “Ahí le pedí a Dios que me diga cuál era mi deseo y descubrí que era buscar un poco más”, cuenta a DIARIO HUARPE.

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Actualmente tiene 54 años y busca cerrar esa herida. Quiere conocer su historia, sus raíces, conocer a su madre biológica y decirle que la ama y que la perdona. “A veces voy al médico, me preguntan si tengo antecedentes y no lo sé, no sé cuál es mi origen, siempre me quedó ese interrogante”, dice Graciela.

No tiene muchos datos, por eso decidió publicar un mensaje en Facebook anunciando la búsqueda. El mensaje en su biografía lo publicó en la madrugada del 6 de abril, estaba estudiando para la carrera de Archivística que cursa y sintió que ese era el momento. “Algo me decía que ese era el día”, comenta. No lo dudó y lo hizo. Después, recordó que ese día es significativo para ella, ya que era el cumpleaños de su marido que ya falleció y también el día del fallecimiento de su madre.

De su madre biológica sabe muy poco. Sabe que es de apellido Díaz y que cuando la tuvo era muy joven. A Graciela la registraron en el Hospital Rawson con el nombre Ana Díaz. Después, sus padres adoptivos se lo cambiaron.

Cree que la adopción no se realizó en términos legales porque su primera partida de nacimiento es de 1974, cuando ella tenía 8 años, y se la otorgaron por una Ley de Amnistía. Además, gracias a su madrina, se enteró de que su madre trató de recuperarla cuando ella tenía tres años y no pudo hacerlo debido a la falta de dinero.

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“Mi madrina me contó que cuando tenía tres años una figura legal, no sabía bien quién, citó a las dos mamás al hospital y ese encuentro fue para determinar quién se quedaba conmigo”, explica. Esa persona le dijo a su madre biológica que para tener a su hija debía hacerse cargo de los gastos que había tenido la madre adoptiva durante esos años. No pudo hacerlo debido a que no contaba con los recursos económicos así que debió volverse a su casa sola.

“Fue una situación bastante dolorosa, una de las dos me iba a perder, no es correcto decidir así el futuro de un niño”.

Como sus dos madres se vieron algunas veces, Graciela tiene una esperanza: que su madre biológica vea esta nota y la foto en la que sale su madre adoptiva y la reconozca. Desea que se ponga en contacto y charlar con ella al menos una vez. Sabe que su madre la amó porque la buscó y, a pesar de todo, quiso estar con ella. “Me queda claro que mis dos madres me amaron”, dice.

En la foto sale Graciela de bebé junto a sus padres adoptivos. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Lo que busca ahora es estar en paz entre las dos y perdonarla por la ausencia. No tiene rencor, tampoco es una situación que le genere tristeza, ya que ella notó el amor de su madre en el acto de dejarla vivir.

“A mi madre biológica la quiero mucho, si se da el momento de encontrarnos será para perdonarnos”, comenta. Aunque admite que también está preparada para otra posibilidad: que su madre no quiera conocerla.

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