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Sociedad Israelita, la Catedral y el Club Sirio Libanés unidos por "El camino de la Fraternidad"
Una propuesta interreligiosa y cultural une a la Sociedad Israelita, el Club Sirio Libanés y la Catedral de San Juan a través de un recorrido simbólico con frases de paz, promoviendo el diálogo, el respeto y la convivencia entre comunidades.
POR REDACCIÓN
San Juan fue escenario de un emotivo acto de apertura del Sendero de la Fraternidad, una iniciativa que busca tejer lazos entre comunidades a través de un recorrido simbólico que une tres espacios emblemáticos de la diversidad cultural y religiosa de la provincia: la Sociedad Israelita de Beneficencia, el Club Sirio Libanés y la Catedral de San Juan.
Este sendero, ubicado en el corazón de la capital sanjuanina, invita a vecinos y visitantes a caminar por un trayecto de reflexión, paz y entendimiento mutuo. En cada una de las instituciones se colocaron mosaicos con frases alusivas a la fraternidad, la paz y la libertad, a modo de puentes simbólicos entre credos, culturas y tradiciones.
La actividad contó con la participación de la intendenta de Capital, Susana Laciar, autoridades del Gobierno de San Juan, referentes religiosos de distintas comunidades, dirigentes sociales y culturales, quienes celebraron esta propuesta como un gesto tangible de respeto y convivencia.
Desde la Sociedad Israelita de Beneficencia, promotora de esta iniciativa, se destacó especialmente el gesto del Arzobispado de San Juan, que eligió replicar la misma frase en la entrada de la Catedral y en la sede israelita, como símbolo de hermandad.
El recorrido del Sendero comienza en la Sociedad Israelita, atraviesa el Club Sirio Libanés y concluye en la Catedral de San Juan, uniendo así los tres edificios mediante un camino de palabras, cargadas de historia, identidad y valores compartidos.
Esta acción fue posible gracias al trabajo conjunto entre la comunidad judía, la comunidad árabe, la Iglesia Católica, la Municipalidad de Capital y el Ministerio de Turismo y Cultura del Gobierno de San Juan, que se unieron en un mismo propósito: mostrar que la diversidad no separa, sino que enriquece.
El Sendero de la Fraternidad queda abierto para todos, como una invitación permanente a encontrarse en las diferencias y a construir, paso a paso, una sociedad más justa, plural y fraterna.