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Provinciales > Sanjuaninos en pandemia

Trasladar la sala a la casa, el trabajo de una docente de jardín de tres años en pandemia

Actualmente va al aula, pero no tiene alumnos ya que todos los papás optaron por la educación virtual.

14 de junio de 2021

En el pasado quedaron esos días en los que los niños de tres años abrazaban a su docente de jardín o se le colgaban en las piernas como koalas mientras ella caminaba. Ahora, Carina Cozza, maestra de un jardín de tres años, trasladó la salita a su casa, que en el 2020 cambió por completo el aspecto. En una de las paredes, una selva con varios animales, todo hecho en cartulina y goma eva, lucía en la pared. En la otra, un payaso con globos era lo que ayudaba a captar la atención de los niños mientras hacían sus encuentros diarios a través de videollamadas de WhatsApp.

Carina tiene 47 años y ejerce la docencia hace 18. Hace cuatro años logró titularizar como seño de jardín de tres años en el ENI Taynemta, ubicado en Rawson. Para ella fue todo un desafío estar frente a estos chicos ya que antes sólo les había dado clases a niños de cuatro y de cinco. “Todos los días es un desafío nuevo trabajar con ellos porque siempre te encontrás con algo, son tan pequeñitos, algunos entran con dos años y medio”, cuenta a DIARIO HUARPE.

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Nunca se imaginó que algunos años después iba a tener que educar a esos pequeños a través de una pantalla debido a una pandemia. En el 2020 sólo vio a sus alumnos durante una semana y media por el periodo de inicio. Después, comenzó la cuarentena. En ese lapso tan corto de tiempo no llegaron a crear ese lazo docente-niño así que debieron apostar al ingenio para hacerlo de forma online.

Desde el ENI en el que Carina trabaja apostaron a los videos. Así nació Yo Taynemta, el canal de Yotube en el que todas las docentes subieron cuentos, recetas, adivinanzas, entre otros contenidos, de forma frecuente para entretener y enseñar a sus alumnos.

En el caso de Carina, también optó por hacer encuentros online de lunes a viernes a las 18. Éstos los hizo a través de videollamadas de WhatsApp que no permite tantos participantes, razón por la que la docente debía hacer unas tres por tarde.

“Fue adaptar la casa y convertirla en un aula porque en las dos paredes del living colgué adornos que captaran la atención de los niños”, dice. Además, con ese mismo propósito, en los videos solía colocarse efectos como orejitas de diversos animales como de osos panda o de conejos.

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Al trabajar desde su vivienda, fueron muchas las veces en las que debió grabar los videos varias veces por ruidos externos, porque su mascota se ponía a ladrar o porque justo entraba su marido y se sentía el sonido de la puerta y su voz.

“Trabajamos el doble, yo creo que la persona que no tiene un familiar, un amigo, un hermano docente, no tiene idea de lo que el docente trabajó. Yo no tuve sábado, no tuve domingo, nada, te preguntaban a cualquier hora, pero yo entendía a los padres porque no sabía qué era lo que estaba viviendo cada familia”, comenta.

El problema de la conectividad

En un principio, las clases Carina las dio a través de Google Meet, pero la comunidad de ese ENI es muy humilde así que no todas las mamás podían participar junto a sus hijos ya que no tenían las herramientas para ello. Después, se mudaron a la plataforma Magnaplus y, posteriormente, optaron por hacer las llamadas con video en WhatsApp, aunque “no todas las mamás tenían internet” e incluso, había algunas que ni siquiera tenían un celular. En esos casos, los papás debían pasar por la escuela retirar las guías para realizar.

“Pienso que las políticas educativas se definen en una oficina y el desfasaje hacia las escuelas es enorme”, opina.

Hubo ocasiones en las que el internet también fue un problema para ella ya que algunas veces se terminó los gigas de su plan y tuvo que pedirle datos a su esposo. Cuando también se terminó los de él, debió solicitarle a una vecina para poder seguir con sus clases. “Ellos sabían que los chiquitos me esperaban todos los días a las 18 para los encuentros así que me prestaban”, cuenta.

Durante el 2020 el living de su casa se convirtió en la sala de jardín de infantes. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Uno de los desafíos: actividades sin materiales

Como las clases presenciales se suspendieron de forma repentina, desde las escuelas no alcanzaron a repartirles a los padres el material que les envió el Ministerio de Educación. Por esta razón todas las actividades que les dieran a los alumnos debían ser con elementos que tuvieran en el hogar.

Carina cree que fue todo un desafío por ejemplo, el enseñar los colores sin lápices, temperas, ni nada por el estilo. Es por ello que, para que los aprendan, les dieron actividades como el buscar todas las tapitas de determinado color que hubiera en la casa o el doblar la ropa junto a mamá y clasificarlas en colores. De todo eso debían pedir las evidencias que las mamás y papás le enviaron fotos y videos mientras realizaban las tareas.

“Fue muy emocionante ver cómo la familia se comprometía y respondía a pesar de los miedos y de todo lo que se estaba viviendo”, sostiene.

A pesar de todos estos problemas, Carina dio lo mejor de ella durante todo el 2020 para enseñarles a sus pequeños ya que siente que es como su segunda mamá. “Las madres te confían su mayor tesoro que son sus hijos y uno tiene la responsabilidad de educarlos y contenerlos emocionalmente”, dice.

Afortunadamente, con el pasar de los meses pudieron ir los padres a retirar el material así que empezaron a brindarles actividades distintas para que lo utilicen.

La actualidad: un aula vacía

Actualmente, Carina va a trabajar todos los días a la escuela, pero no va ninguno de sus 15 alumnos porque todos los padres decidieron no mandar a sus hijos debido a la actual situación sanitaria. Incluso, en todo el establecimiento educativo, al que concurren unos 250 chicos, van unos 50 aproximadamente.

Ante este panorama, lo que las docentes hacen es ir hasta el ENI y trabajar desde ese edificio con sus alumnos a través de la modalidad virtual. En su caso, se lleva tanto la computadora como el celular y con sus datos móviles les envía las actividades a los alumnitos.

Marcar la vida de los chicos

“He trabajado en sala de cuatro y de cinco, pero la sala de tres es otro mundo muy distinto porque el hecho de saber que sos la primera docente de ese niño y que puedan recordarte como su primera seño en jardín es hermoso. Si un niño te recuerda siempre es porque algo dejaste en él y estar en sus primeros pasos de la educación de un niño es maravilloso”, cerró la docente Carina Cozza.

Video:  

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