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Policiales

Relaciones tóxicas que terminaron con hombres muertos

Si bien es exponencial el número de víctimas de femicidios, en el que los victimarios son sus parejas varones, en San Juan hubo cinco casos de violencia extrema de una mujer hacia un hombre que conmocionaron a la sociedad.

POR REDACCIÓN

02 de mayo de 2019

Relaciones tóxicas entre mujeres y hombres, círculos viciosos y sin salida que finalizaron con una o más personas muertas han llenado lamentablemente crónicas de diarios durante los últimos tiempos.  En este caso, cinco casos que terminaron con la vida de varones. Los hechos son menos en cantidad en comparación con los de femicidios, sin embargo, conmocionaron de igual manera a la sociedad.
 

1. La mujer que mató por celos

Se trata de la expresidiaria Rosario Carrizo (41). Estaba en pareja con Luis Daniel Oviedo (45), quien era separado de su primera mujer. Vivieron juntos por tres meses en una casa de adobe. Ambos tomaban mucho alcohol, según fuentes policiales. La mujer nunca aceptó que el hombre viera a su ex y sus hijos.

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Rosario esperó a Luis en la casa ubicada en calle 25 de Mayo, en Chimbas. Allí le gritó y golpeó salvajemente hasta dejarlo agonizando. Todo porque se enteró que el hombre había ido a ver a su familia. El hecho trágico ocurrió el 2 de abril de 1995. El hombre, producto de las heridas, murió dos días después. La Justicia juzgó a la detenida por los delitos de homicidio y abandono de persona.

 

2. La mujer que mató en medio de una relación violenta

La trabajadora sexual Marilyn Ocampo (24) vivía con el joven iglesiano Silvio Sebastián Poblete (21) en una casa de Rivadavia. Tuvo una relación violenta con su pareja, según aportaron luego testigos. En abril de 2011, una discusión entre Marilyn y Silvio desencadenó en la muerte del chico. Hacía poco se había separado y él había ido a visitar a un hijo en común.

El joven murió por una herida de arma blanca en el corazón. Ella dijo a las autoridades que su expareja era una persona violenta y que había intentado matarla, sin embargo, desde el entorno familiar del joven expresaron que la conflictiva era ella. Tenía celos todo el tiempo, incluso llegó a quemarle ropa al joven y no lo dejaba jugar a la pelota. Con el tiempo, el expediente criminal de Ocampo le daría la razón a la familia de la víctima: tenía contravenciones en un juzgado de Faltas por ejercer el trabajo sexual, una causa penal por supuesta corrupción de menores y un pedido de captura por violencia familiar y lesiones agravadas por golpear a su madre y a su tía.

 

3. La joven de 17 años que mató al papá de sus hijos porque estaba cansada de los maltratos

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Una menor convivía con el albañil Jesús Alejandro Pujado (26) y su hija de 3 años en una casa del barrio Capitán Lazo. A pesar de estar embarazada sufría constantemente maltratos por parte de su pareja, según comentó. El 16 de mayo de 2013 decidió ponerle fin a la situación de la peor manera: le clavó un cuchillo en la cabeza. El hombre falleció tras agonizar nueve días en el hospital Guillermo Rawson. La joven no fue enjuiciada como en los casos anteriores por el sólo hecho de que era menor.

 

4. El caso de Claudia Moya y Alfredo Turcumán

La relación entre Claudia y Alfredo era turbulenta, según se pudo establecer en la investigación judicial y durante el juicio. Los maltratos y las discusiones por celos eran constantes. El 22 de junio de 2017 en la casa que alquilaban de Trinidad, la mujer le clavó un cuchillo a su marido tras una discusión y lo mató. Transitaba por un embarazo y durante el juicio argumentó que se sintió amenazada. La Sala III la condenó a 15 años de prisión por homicidio agravado con atenuantes.

 

5. El caso de Guadalupe Andrada y Juan Pablo Ojeda

Un mes después del homicidio de Alfredo Turcumán, otro hombre murió en el Loteo Reconquista en Chimbas: Juan Pablo Ojeada (26). Su mujer Guadalupe Andrada le clavó un cuchillo luego de que él llegara ebrio y comenzara a golpearla. La agresora, al igual que Claudia Moya, estaba embarazada.

La Justicia condenó a Andrada a 5 años de prisión por el delito homicidio agravado, exceso de legítima defensa. La abogada de la mujer pudo comprobar que la víctima tenía alcohol en sangre y que esa noche la había golpeado.

 

La explicación de los casos desde una mirada psicológica

Cuando en una pareja muere asesinado uno de los integrantes es porque se llegó al extremo de una relación tóxica. La licenciada Carolina Teamagnini, profesional que se desenvuelve en la Secretaría Social de la Corte local dio una explicación teórica.

"Hay vínculos que se transforman en altamente tóxicos. En algún momento transitaron un camino, pero en algún punto la dinámica de la pareja se hizo nociva. Al no haber límites, la relación pasa por situaciones muy violentas debido a la dependencia afectiva, la emocional, el apego, los celos y el poder de control", dijo la profesional.

"Las parejas que transitan cuestiones de mucha violencia no pueden zafar o salir de ese mecanismo", añadió la psicóloga."Leonore Walker explicó que las parejas transitan por tres fases: acumulación de tensión, la luna de miel y la fase de explosión. En la primera se dan los mecanismos que tienen que ver con el control y la elección de los círculos de amistades. El que domina la relación se apodera de estos mecanismos y el dominado se encuentra en una situación de miedo y angustia", citó la especialista.

En la fase de luna de miel el clima de hostilidad cesa. Los comportamientos violentos se minimizan y la relación entre el hombre y la mujer vuelve a ser como antes. En fase ocurren los femicidios porque la mujer baja la guardia ya que cree que el hombre va a cambiar, pero sucede todo lo contrario, el agresor estalla con más violencia, según la explicación de la empleada de la Corte.

La fase de explosión es cuando la situación no termina en una separación, sino en un hecho de violencia, que hasta puede producir la muerte de uno de los integrantes de la pareja. Este final se debe a que en el vínculo hubo un circuito vicioso donde los hechos de violencia se justificaron. La víctima, generalmente las mujeres, se encuentra con muy baja autoestima y sin salida, lo que puede provocar una reacción altamente violenta ya que es la única salida que ven.

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