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Educación

El Gobierno medirá el nivel educativo de los alumnos y genera polémica en los gremios

Para diagnosticar el nivel educativo que tienen los chicos de escuelas secundarias en la Argentina, el gobierno nacional lanzará una evaluación obligatoria en octubre. Los gremios docentes disienten por no haber sido consultados.

POR REDACCIÓN

06 de septiembre de 2016

¿Cuánto saben los alumnos argentinos? ¿Somos un país bien educado? Es difícil saberlo, por ese motivo el Gobierno realizará en octubre una evaluación federal en primarias y secundarias para determinar la calidad educativa de los estudiantes. Sin embargo, los gremios se oponen y critican varios puntos de la prueba. Además, desafían con no tomarla, por no haber sido consultados. El múltiple choice y las asignaturas, en la mira de la pedagogía.

Aprender 2016 es la prueba obligatoria que se realizará el 18 de octubre (y luego en formal anual) en instituciones públicas y privadas y abarcará a alrededor de 1.400.000 estudiantes de más de 39.000 escuelas de todo el país.

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Se trata de todos (carácter censal) los estudiantes que cursen 6° grado del nivel primario y 5°/6° año del nivel secundario de todo el sistema educativo nacional y una muestra de estudiantes en 3° grado del nivel primario y en 2°/3° año del nivel secundario.

“Reconocemos que la evaluación es solo un recorte de una realidad mucho más compleja. Sin embargo, es necesario valorar y usar la información derivada de instancias de evaluación sobre logros de aprendizajes básicos alcanzados por los estudiantes. Solo con evidencia se podrán reorientar políticas y prácticas o decidir las mejores alternativas en función de la mejora educativa continua”, señalan en la introducción de los materiales el ministro de Educación y Deportes de la Nación, Esteban Bullrich, y la secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro, que se difundió en el sitio educ.ar.

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Pero, antes de lanzarse, Aprender ya tiene una feroz crítica por parte de los maestros. “Es ingenuo pensar que de un año a otro se pueden mejorar resultados. Lo que subyace es que quieren hacer un ranking de escuelas tendiente a la privatización del sistema”, afirma Miguel Duhalde, secretario de Educación de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera). “El problema central es el modelo de evaluación. Nadie está en contra de las evaluaciones y el diagnóstico, pero hacerlo sin generar consensos y con un múltiple choice es un problema”

Es que la evaluación sería una continuación de las pruebas que se venían haciendo en el Operativo Nacional de Evaluación (ONE), que el Estado realizaba cada tres años con una lógica diferente.

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“Antes había preguntas cerradas y abiertas. Pasaron de 30 preguntas a 24 y se sacaron las abiertas. Antes eran cuatro las áreas evaluadas en el primario (Lengua, Matemáticas, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales) y ahora sólo Matemáticas y Lengua. Ellos ponen el énfasis en la evaluación en vez de en un proyecto. Hablan de la evaluación como algo en sí mismo. Nos oponemos a esto porque estábamos construyendo una evaluación con formación. Se había salido de la evaluación individual y se había pasado a la auto y co-evaluación institucional”, opina el gremialista en diálogo con minutouno.com.

EL CHOICE, DESAPROBADO

Más allá de las motivaciones estructurales que critica el gremio, la forma en que se tomará la evaluación también genera dudas.

En ese sentido, la pedagoga y ex titular de Educación bonaerense, Silvina Gvirtz, señala que además de la falta de consenso que conlleva esta evaluación, la falta de práctica de los alumnos en pruebas de múltiple choice no permitiría evaluar bien sus conocimientos.

“El problema central es el modelo de evaluación. Nadie está en contra de las evaluaciones y el diagnóstico, pero hacerlo sin generar consensos y con un múltiple choice es un problema. El múltiple choice requiere un entrenamiento previo. No es un modelo que se haga naturalmente en las escuelas. Hay que usar un modelo que se venga usando”, justifica la hoy titular de la cartera educativa de La Matanza, el municipio más habitado del país.

Al modelo de evaluación se suma otro problema, según Gvirtz: la falta de preguntas abiertas. “En preguntas cerradas es difícil ver la capacidad de resolución. ¿Si hizo bien el procedimiento y tiene mal el resultado? Caso contrario ¿si no sabía nada y sólo adivinó el resultado? De esta forma tampoco podés evaluar la escritura y poco la comprensión. Lo ideal sería retrasar todo un año. Evaluar es importante y, es más, se venía haciendo. El tema es cómo y que no se pierda la comparabilidad con los estudios anteriores”, resume.

Para los detractores del sistema choice, al no estar acostumbrados los chicos se confunden y pierden tiempo y concentración tratando de entender el tipo de examen en lugar de resolver el contenido. Por tal motivo, concuerdan que el Gobierno no va a poder medir contenidos.

“El choice presupone la respuesta y, si el alumno no responde como el docente piensa que tiene que responder, el resultado es negativo. Hay preguntas para las que hay varias respuestas. El ministerio trabaja con una idea anterior. Desde la teoría de la relatividad en adelante, y desde antes también, se sabe que no hay una sola respuesta para una pregunta. Lo de uno más uno es dos tiene diversas interpretaciones. En materia de Historia y Lengua hay múltiples sinónimos. Cuando una pregunta busca una respuesta rígida es probable que fracase. El problema es cuál es la intención”, aporta Puiggrós.

Fuente: minutouno.com

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