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El comedor que rescata a más de 60 chicos de La Bebida
Corazones Solidarios abrió sus puertas hace un año y medio. Funciona en el garaje de una casa del Lote Hogar 20. Colaboran los vecinos.
POR REDACCIÓN
No tienen una plaza para jugar. No hay un club cerca para que puedan practicar deportes. Hasta hace más de un año, el único destino posible era la calle. Muchos ni siquiera tenían un plato de comida caliente en sus casas. Este escenario fue el que llevó a vecinos del Lote Hogar 20, que está en La Bebida, en Rivadavia, abrieran el comedor comunitario “Corazones Solidarios”. Sólo les bastó el garaje de la casa 15 de la manzana E para llevar adelante la iniciativa y así sacar a los niños de la calle, además de darles cada día un plato caliente.
“Es un trabajo vecinal en conjunto y no hacemos política con los chicos. Esa fue la premisa que nos pusimos cuando abrimos las puertas del comedor”, dijo Claudia Frías, una de las hacedoras.
La mujer contó que hace un tiempo quisieron “utilizar” al comedor con fines políticos y ella se negó. “Fui al Ministerio de Desarrollo Humano a devolverles un horno porque no quería que el objetivo real del comedor se diluyera.
El comedor funciona todos los días. Se mantienen con donaciones aunque el municipio de Rivadavia y Desarrollo Humano colabora. Sin embargo, los solidarios son muchos y eso permite que los días viernes haya un menú especial. Claudia contó que hacen pizzas que dona una vecina de Rawson. Los panchos son donaciones de un panadero de la zona.
En un comienzo, fueron unos 15 chicos los que albergaba el lugar. Con el tiempo el número fue ascendiendo. Ahora asisten a unas 60 personas entre las que se encuentran abuelos y embarazadas.
El almuerzo lo sirven en dos turnos. Uno es a las 11,30, para los niños que van a la escuela en turno tarde, y el otro a las 12,30, para los que van a la mañana. Así pueden además dividir el grupo que es muy numeroso.
El motor del comedor son vecinas del mismo Lote Hogar. Ellas son, además de Claudia, Estela Frías, Tamara y Rosana Hidalgo, Cintia y Eliana González, Micaela Ibáñez y Analía Luna. Ellas empiezan a las 8,30 su tarea desinteresada. Preparan desde guisos, hasta pastas y distintos tipos de pasteles. La tarea termina a las 15,30 cuanto todos los chicos comieron. Organizan los utensilios, limpian y programan el menú del día siguiente.
Los chicos encuentran en este lugar mucho más que comida. Las mujeres solidarias organizan distintas actividades y hasta festejan los cumpleaños. Hay voluntarias que se acercan para ayudarles a hacer los deberes e incluso los estimulan para que escriban y dibujen. El domingo pasado, el festejo fue por la noche cuando los niños recibieron la visita de Los Reyes Magos que llegaron con muchos regalos.
Para colaborar se puede buscar en Facebook al Comedor Corazones Solidarios.