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Cigarrillos electrónicos y vapeadores en San Juan: un riesgo creciente entre los jóvenes
El uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores se ha expandido entre adolescentes sanjuaninos, muchas veces impulsado por tendencias y la falsa percepción de que se trata de una práctica inofensiva.
POR REDACCIÓN
En San Juan, los cigarrillos electrónicos y los vapeadores se han vuelto cada vez más accesibles para los adolescentes. Con sabores atractivos y diseños que imitan juguetes o personajes animados, le han convertido en una puerta de entrada a la adicción al tabaquismo, mientras la falta de control por parte de los adultos facilita que los jóvenes los consigan sin dificultad.
Andrés Manini, especialista en tabaquismo y director del Centro por la Vida, dependiente del Ministerio de Salud de San Juan, comentó en diálogo con DIARIO HUARPE que el fenómeno se da en un marco de incumplimiento legal y que estos productos se consiguen en plataformas digitales, redes sociales y hasta en locales a la vista de todos.
Según Manini, esta carencia de controles multiplica el problema: “El problema es de los adultos, claramente, como cualquier cuestión, como padres, como educadores, somos quienes tenemos que dictar leyes y hacerlas cumplir”.
La estrategia de la industria tabacalera también contribuye al avance del vapeo entre los jóvenes. Con el mercado en retroceso en países donde la regulación es más estricta, las compañías desarrollaron dispositivos con sabores como frutilla, chocolate o maracuyá, e incluso modelos con personajes como Mickey Mouse o Homero Simpson. El objetivo es que los dispositivos ingresen en la vida cotidiana del niño o adolescente como si fueran un juguete o un producto de consumo inocuo.
El riesgo se agrava por la composición de los productos. Muchos carecen de etiquetado con información básica, como fecha de vencimiento, fabricante o ingredientes. “No hay ni elaborador, ni cuándo vence, ni realmente una certeza de lo que estás colocándole al aceite”, explicó Manini, quien subrayó que la mayoría contiene nicotina, altamente adictiva. Aunque la toxicidad de los vapeadores puede ser menor en comparación con el cigarrillo tradicional, se los considera una puerta de entrada al consumo de tabaco convencional, aún más accesible por su bajo costo en kioscos.
En cuanto a la salud, el vapeo no está exento de consecuencias graves. Entre las enfermedades vinculadas aparece la neumonitis química. Se trata de una afección pulmonar provocada por químicos presentes en los líquidos, que no tiene tratamiento con antibióticos, antivirales ni antifúngicos, y que puede derivar en lesiones permanentes o la muerte. Aunque en San Juan no existen estadísticas oficiales claras sobre esto, en otros países se ha documentado la gravedad de la situación. Manini advierte que muchas veces estas afecciones pasan desapercibidas y se confunden con gripes o neumonías comunes, dejando un daño silencioso en los pulmones.
La incertidumbre respecto de los efectos a largo plazo refuerza la alarma. “Son enfermedades que pasan años para producirse y no sabemos qué va a pasar dentro de 10, 15 o 20 años con las personas que los utilizan hoy”, advirtió.
Frente a este panorama, el experto considera crucial el rol de los adultos. Son los padres quienes dan dinero a los hijos y deberían estar atentos a qué consumen. Por lo que recomienda que ante cualquier indicio de consumo de vapeadores, los adultos recurran a profesionales de la salud capaces de dialogar con los jóvenes y explicarles los riesgos.
Dato
Los vapeadores son accesibles para los jóvenes, los más económicos pueden conseguirse a partir de los $16.000, mientras que los diseños innovadores y llamativos pueden superar los $60.000.