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Provinciales > En Jáchal

Casi ocupamos el único calabozo de Mogna: "No quieren que nadie entre en el pueblo", dijo el policía en bicicleta

La gente avisó a las autoridades al ver ciertas presencias extrañas.

Por Maximiliano Buss
28 de abril de 2020

A la entrada del santuario de Santa Bárbara llegó un muchacho montado en su gastada bicicleta azul, con una calcomanía gris del escudo de la Policía de San Juan debajo del manubrio. 

—Buen día —dijo sin bajarse, mientras miraba la patente de la camioneta ploteada con el logo de DIARIO HUARPE.

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Y se nos atravesó adelante. No vaya a ser cosa.

Recién llegados, apenas pisábamos la calle central y polvorienta de Mogna.

Con un tapabocas blanco que le cubría la mitad de la cara, sus ojos reflejaban sorpresa. Tal vez pensó que algo malo había pasado y ni se había enterado. Raro: en el pueblo son menos de 300. Todos saben todo de todos. 

—¿Qué hacen? —preguntó.

Le contamos que estábamos ahí por la cuarentena, y porque se suspende la "fiesta chica".

—¿Cómo llevan el aislamiento? —le devolvimos.

—Bien, tranquilos. Bah, la gente está muy asustada por esto del coronavirus. No quieren que nadie entre acá. Es más: una vecina recién avisó porque los vio —dijo el agente, que cumplía 2 días de servicio en el pueblo.

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Por presunta violación del aislamiento, esa mañana casi fuimos los primeros y únicos detenidos en el calabozo del pueblo. Nos salvó el permiso del Gobierno.

El policía escribió mi nombre, mi apellido y mi número de documento en un papel. Después se acomodó en su patrullero, saludó y se fue. Sin luces azules ni sirenas. Silbando bajito y con 2 cachorros que trataban de morderle los pedales. Al llegar a la comisaría, ató la bicicleta en un palo, entró y se puso a calentar agua para tomar mate con su compañero.  

Viernes 24 de abril de 2020. Mogna, San Juan.

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