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Provinciales > Conservas

Delicias que perduran en el tiempo

Una de las tradiciones que aún se conserva en diferentes puntos de la provincia es la de elaborar conservas de los más variados alimentos.

POR REDACCIÓN

13 de junio de 2019

Gran variedad de comidas dulces o saladas y salsas. Todos estos alimentos forman parte de las mesas de los sanjuaninos  gracias a las tradicionales conservas que permiten disfrutar de determinados alimentos sin importar si se trata o no de productos de estación.

Las conservas surgieron como una necesidad de los hombres de poder acopiar alimentos y que estos no se echen a perder antes de que puedan ser consumidos.  Básicamente permite poder acopiar alimentos en épocas de bonanza para contar con comida en tiempos de escases.

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Es un procedimiento sencillo y natural que puede realizarse en el hogar con el fin de elaborar confituras, mermeladas, lácteos, dulces, licores y otras cosas ricas con frutas y hortalizas frescas de la estación.

Los alimentos en conserva son aquellos que fueron sometidos a un proceso de elaboración que busca evitar que los alimentos se deterioren para permitir que se conserve a través del tiempo, en óptimas condiciones, logrando un producto sano, saludable y seguro.

Si bien es una practica común en muchas familias, con el tiempo se ha transformado en una forma de ganarse la vida para muchas personas que se dedican a elaborar conservas y las vendes. Es más el Gobierno de San Juan ha comenzado a dictar cursos para capacitar a los elaboradores de estos tipos de alimentos.

Un dato a tener en cuenta es que se debe tener en cuenta la cocción apropiada de los alimentos a conservar y la correcta higiene de los recipientes  en los que se guardará el alimento ya que debe estar herméticamente cerrados.

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Artesana de los sabores

Alejandra Tobares lidera “Algiuben”, un emprendimiento familiar que se dedica a la elaboración de conservas artesanales. El nombre de esta marca es un juego de palabras con los nombre de Alejandra, Giuliana y Benjamín, cuatro de los miembros de la familia de esta mujer que trabaja con otros tres miembros de su familia.

“Me quedé sin trabajo con más de 40 años, no sabía qué hacer, hasta que empecé a elaborar conservas con mi madre y esto se convirtió en una salida económica y una pasión”, aseguró Alejandra.

Alejandra contó que en este proyecto contó con la ayuda inestimable de su madre. “Mi mamá tiene 67 años y desde los 7 años siempre ayudó a mi abuela a preparar conservas, ya es toda una experta”, aseguró la emprendedora.

La mujer contó que comenzaron con algunas conservas específicas, pero con el tiempo fueron ampliando su producción y actualmente hacen gran variedad de conservas y dulces, incluyendo un catálogo de 13 diferentes tipos de aceitunas rellenas.

Los productos que trabajan se encuentran los dulces como el de membrillo, naranja o kinotos. En tanto que entre los alimentos salados se destacan los corazones de alcaucil en aceite y las aceitunas rellenas que tienen perfil más gourmet.

Alejandra opinó que uno de los secretos para que sus productos hayan tenido tanta aceptación es la selección de las materias primas y el cuidado con la recetas. “Elegimos frutas y verduras de estación, en San Juan hay gran cantidad de productores que tienen frutos de primera calidad”, aseguró la emprendedora.

“Otro punto a tener en cuenta es que solamente mi madre y yo preparamos los productos, siempre siguiendo las recetas que ya son tradicionales dentro de la familia”.

 

Receta: alcauciles en aceite

Se deben seleccionar los alcauciles, es importante que la verdura no esté muy maduro ya que se puede tornar duro en el centro.  Se sacan las hojas externas y se deja solo el corazón, siempre buscando que quedé lo más redondeado  posible.

Luego esta verdura se lava y se coloca en un recipiente con agua, sal y ácido cítrico para ayudar a su cocimiento. Los alcauciles deben reposar en este líquido por unos 30 días. Luego se sacan de allí y se colocan en agua limpia. Se deben lavar varias veces para sacar los resabios de sal.

Una vez que están  lavados se deben dejar secar en un lugar limpio. El último paso es meter los alcauciles a un recipiente limpio con aceite de girasol. Este frasco sellado herméticamente se cocina a baño maría por 45 minutos y luego se deja enfriar y se puede almacenar.

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