POR REDACCIÓN
08 de octubre de 2019
El intercambio de reproches entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) escaló hoy luego de que Londres dijera que un Brexit sin acuerdo podría ser imposible, aunque al mismo tiempo insistió en que trabaja por alcanzar un pacto a poco más de tres semanas de su prevista salida del bloque. La oficina del primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que la intransigencia de la UE provocó un colapso de las negociaciones en torno a un acuerdo de divorcio, tras lo cual unas de las máximas autoridades de la UE exhortó a Londres a dejar de lado el "estúpido juego de culpas" y reprendió a Johnson en latín. La oficina de Johnson dio su sombrío panorama sobre el Brexit luego de que el primer ministro conservador mantuviera una conversación telefónica con la jefa de gobierno alemana, la canciller Angela Merkel. En una declaración a medios británicos, un vocero de Johnson contó que Merkel dijo al premier que "un acuerdo es abrumadoramente improbable" a menos que el Reino Unido acepte que Irlanda del Norte siga cumpliendo con las normas aduaneras de la UE a fin de mantener abierta su frontera con Irlanda, un Estado del bloque comunitario. Londres rechaza de plano este escenario. "Si esto representa una nueva posición establecida, significa que un acuerdo es esencialmente imposible no solo ahora sino siempre", afirmó el vocero de Downing Street, la residencia oficial del primer ministro, citado por la cadena BBC. El gobierno alemán confirmó que Merkel habló con Johnson pero no quiso hacer comentarios sobre algo que definió como "conversaciones confidenciales". Más temprano, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tuiteó irritado que "lo que está en juego no es ganar algún estúpido juego de culpas". "Está en juego el futuro de Europa y del Reino Unido, así como la seguridad e intereses de nuestra gente. No quieres un trato, no quieres una extensión, no quieres revocar, quo vadis? (una frase en latín que significa 'adónde vas')", preguntó Tusk en un mensaje en el que arrobó a Johnson. Pese a la retórica, funcionarios británicos insistieron en que aún confían en alcanzar un acuerdo antes del 31 de octubre, la fecha de la prevista salida del bloque, pese a que Johnson ha dicho que el Reino Unido abandonará la UE incluso si no hay acuerdo. Johnson envió a la UE un plan la semana pasada para intentar superar diferencias que han impedido concretar el Brexit y forzado ya dos aplazamientos, tres años después de que los británicos aprobaran salir de la UE en un referendo de 2016. El bloque dice que las propuestas -que harían necesarios controles sobre el tráfico de algunos productos entre Irlanda del Norte e Irlanda- no cumplen con el compromiso británico de una frontera sin fricciones en la isla de Irlanda. Un acuerdo de divorcio alcanzado por la UE y antecesora de Johnson, la ex premier Theresa May, fue rechazado tres veces por el Parlamento británico por la cuestión de la frontera irlandesa, el principal punto de divergencia entre las partes. La oposición británica volvió a acusar hoy al gobierno de mala fe y de socavar deliberadamente las negociaciones sobre el Brexit. "Boris Johnson nunca se responsabilizará de su propio fracaso al presentar un acuerdo creíble. Su estrategia desde el primer día ha sido para un Brexit sin acuerdo", afirmó el vocero para asuntos del Brexit del Partido Laborista, Keir Starmer. El Parlamento británico aprobó una ley que obliga a pedir una prórroga del Brexit si no se llega a un acuerdo antes del 19 de octubre. Johnson dice que respetará esa ley aunque se niega a pedir una prórroga, con lo cual no está claro de qué manera va a conciliar las dos posiciones. El Parlamento quedó suspendido desde hoy hasta la próxima semana, cuando la reina Isabel II brinde su discurso anual de apertura de sesiones. Muchos analistas especulan con que Johnson podría convocar a elecciones anticipadas para que sea el voto de todos los británicos lo que desbloquee la situación.
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