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Cómo se hacen los mejores alfajores de San Juan, ganadores de una medalla de plata

Los encargados de la cocina, donde se elabora no sólo el producto ganador, sino también cinco variedades más, son los jóvenes que forman parte de los Hogares Beraca.

10 de agosto de 2022

En el Mundial del Alfajor, que se celebró el 1 de agosto en la Ciudad de Buenos Aires, San Juan tuvo a sus representantes, los que lograron nada más y nada menos que volver a la provincia con una medalla de plata. Con su conocido alfajor de alcayota, los jóvenes de los Hogares Beraca alcanzaron un reconocimiento no sólo en lo gastronómico, sino también en lo personal como es la superación del día a día de sus problemas con las adicciones.

Basta con ingresar a la casa donde funciona la fábrica de elaboración para darse cuenta de que se está en el paraíso del mundo dulce. Repartidas en diferentes habitaciones están cada una de las estaciones que se encargan de elaborar todas la partes que forman el mejor alfajor sanjuanino. En cada una de ellas, divididos en equipos, los chicos inician la labor.

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"El secreto de los alfajores está en el amor que le ponemos, en el esfuerzo que hacemos cada uno de nosotros como familia para lograr un alfajor perfecto", comenzó diciendo Rodrigo González, miembro de los Hogares Beracca, a DIARIO HUARPE. La noticia del premio de la medalla de plata, sin dudas, llegó para traer alegría a, como dicen ellos, la gran familia que son. "Sabíamos que podíamos ganar, teníamos fe en nuestro producto y en la dedicación de los chicos y cada uno de nosotros", insistió.

Usando los mejores ingredientes, los lunes, miércoles y viernes de cada semana, de 10.30 a 16 horas, entre siete y 10 personas trabajan incansablemente para elaborar seis variedades diferentes de alfajores, budines y cañoncitos de dulce de leche. "El proceso comienza con el pesado de todos los ingredientes, que tienen que ser exactos, para formar la mezcla dentro de la sobadora. Después, se estira la masa y con cortantes se les da la forma característica para pasar al horno", dijo González.

Con la base principal del producto estrella de los hogares se pasa al área de armado, donde se separan las tapitas por su sabor (vainilla o chocolate) y se prepara de manera casera el relleno que llevan los alfajores ganadores de la medalla de plata. ¿Otro secreto? La forma en que se pican las nueces para alcanzar una especie de pasta que se mezcla junto con el dulce de alcayota. El resto de las galletas pueden ser rellenadas con dulce de leche o membrillo.

"Cuando ya están todas las tapitas unidas, se les hace el baño de cobertura, dependiendo de la variedad que se trate. Los de dulce de leche se bañan en chocolate blanco o negro, los de membrillo en un merengue de frutilla y el ganador de alcayota, sólo con un glaseado", dijo a este medio Jésica Olivera, otra miembro de los hogares, sin parar hacer su trabajo en la cocina.

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El último paso en la elaboración, pero no menos importante, es el empaquetado. Dependiendo de la presentación será el número de alfajores por bandejas: individuales, por media docena y por docena. "Todo lo que los chicos salen a vender en la calle sirve de autosustento para los seis hogares que tenemos y a través de esto, seguir ayudando y creciendo y en esta tarea, que no es sólo los alfajores, sino también la tarea social que hacemos", contó González.

Con la mirada puesta en el futuro, el deseo principal del equipo está en continuar creciendo para hacerse conocidos. "Queremos que todos sepan quiénes somos, que se conozca el esfuerzo que se hace como fundación. Esperamos que esta medalla de plata nos permita salir adelante y el día de mañana poder tener una fábrica para exportar alfajores a todo el mundo", finalizó González.