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Fábrica de cracks, con contención y sin competencia

La Escuela de fútbol del Petinato Núñez en Ullum tiene más de 50 chicos que va de los 5 a los 13 años.

18 de noviembre de 2022
Los chicos de la Escuela de Iniciación Deportiva junto al profe y ex jugador Mariano Núñez.

No se trata de un club, tampoco de una institución, va más allá de eso porque busca resaltar los valores y acompañar a los chicos en su etapa de crecimiento y además los acompaña en su formación deportiva como parte vital. Se trata de la “Escuela de Iniciación Deportiva Mariano Núñez”, que funciona en la cancha de Villa Ibáñez, en el corazón de Ullum.

Allí, más de 50 chicos demuestran su pasión por el fútbol. Un número que aumenta considerablemente en vacaciones, ya que la gran mayoría no puede irse fuera del departamento y el verdadero receso escolar lo disfrutan dentro de una cancha de fútbol.

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Los “pibes” van de los 5 a los 13 años. Según cuenta el creador de la escuela, el exjugador de Desamparados, Unión, Villa Obrera y Del Bono entre otros equipos, Mariano “Petinato” Núñez, “son chicos con un enorme nivel futbolístico, son niños de potrero, que están todos los días jugando a la pelota en la calle o en el club”.

Y así como cada uno tiene una característica que lo realza en cancha y que el "Peti" busca explotarlas con base a su capacidad, también están los problemas diarios. Y allí es donde entra a jugar la otra función de la “escuela”. La de la contención e inculcar valores. “Todos los sábados los chicos juegan, pero son todos encuentros, no campeonatos. Queremos que los chicos se diviertan, que sean felices adentro de una cancha y que su prioridad sea la escuela”, resalta el exdelantero.

Es que Núñez se ve reflejado en sus alumnos, porque él pasó por lo mismo en su niñez en Ullum. Admite que tuvo la suerte de debutar en Primera y considera que varios de los chicos de su escuela tienen enormes condiciones y verlos crecer y proyectarse a otras instituciones es una de sus mejores sensaciones.

El “Peti” les enseña, desde su experiencia y su rol de DT recibido, junto con dos colaborados hasta que los chicos llegan a los 13 años. De ahí con todos los conocimientos incorporados varios de ellos pasan a las inferiores de San Lorenzo de Ullum o de Juventud Ullunera.

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“Amo entrenar a los chicos, este es mi lugar y soy feliz haciendo esto. Miro a los chicos y me veo reflejado en ellos cuando era niño, que estaba con la pelota de la mañana a la noche”, resalta Mariano, quien admite que busca inculcarles las principales herramientas.

Pero también está la otra parte de su trabajo, ya que muchos niños cuentan sus historias de vida y varias son duras. “Allí es donde la contención que le brindamos es fundamental, por eso estamos buscando traerles talleres y enseñarles otras cosas que no sean sólo fútbol”, agrega.

Los niños de Ullum esperan con ansiedad que lleguen los lunes y miércoles para ir a entrenar a la cancha de Villa Ibáñez. Saben que allí son felices durante todo el entrenamiento, hacen amigos, reciben contención y los sábados salen a cancha sin la presión del resultado, únicamente a divertirse.

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