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Johnson trabaja a contra reloj para conseguir los votos para el Brexit

POR REDACCIÓN

18 de octubre de 2019
El primer ministro británico, Boris Johnson, trabajó hoy a contra reloj con la mira puesta en obtener los apoyos necesarios para que el Parlamento británico finalmente apruebe el acuerdo de Brexit conseguido con Bruselas esta semana. Johnson regresó anoche de la cumbre de la Unión Europea (UE) en Bruselas, donde sus todavía socios aprobaron el acuerdo de divorcio, y a primera hora del día comenzó la danza de reuniones y llamadas telefónicas para intentar persuadir a más legisladores de que votar a favor del acuerdo para que el Reino Unido finalmente pueda abandonar la UE. El Partido Conservador de Johnson tiene 288 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, por lo que necesita conseguir el apoyo de otros partidos y de legisladores independientes para superar la votación, que se anticipa apretada. Si Johnson pierde la votación, se abriría la posibilidad de un Brexit sin acuerdo que se haría efectivo el 31 de octubre, algo que muchos legisladores quieren evitar porque porque interrumpiría el comercio y hundiría a la economía en una recesión. Una enmienda propuesta para la votación de mañana retendría la aprobación del acuerdo hasta que se haya aprobado la legislación necesaria para implementarlo, aunque no es seguro que sea seleccionada. Además, el Parlamento ya ha aprobado una ley que obliga al gobierno a pedir a la UE un retraso de tres meses para el Brexit si no se aprueba el acuerdo. Los líderes europeos, que ayer aprobaron por unanimidad el pacto de divorcio alcanzado entre Johnson y Bruselas, advirtieron que no concederán nuevos plazos. "Quiero que terminemos esto y hablemos sobre el futuro. La fecha del 31 de octubre debe ser respetada. No creo que se deban conceder nuevos retrasos", aseveró hoy el presidente francés, Emmanuel Macron, en Bruselas. Dentro del Reino Unido, Johnson enfrenta además la oposición de sus aliados de Irlanda del Norte, el DUP, que anticipó que no votará a favor del pacto. El vocero del Brexit del DUP, Sammy Wilson, dijo que el documento, que mantiene a Irlanda dentro de la Unión Aduanera, es malo para su región y sus lazos con el resto del Reino Unido. El destino del acuerdo depende en gran medida de un grupo de 21 legisladores conservadores que fueron expulsados del partido a principios de este año por votar contra el gobierno y de los 244 legisladores del Partido Laborista, el principal opositor. Uno de los expulsados, Nicholas Soames, nieto del ex primer ministro Winston Churchill, dijo que votaría por el acuerdo, y pensó que la mayoría de sus colegas expulsados ​harían lo mismo. Los lideres del laborismo llamaron a sus legisladores a rechazar el pacto de divorcio, sin embargo, alrededor de una veintena de ellos, que representan principalmente a los distritos pro Brexit del país, anticiparon su deseo de respaldar un acuerdo que honraría los resultados del referéndum de junio de 2016. John Mann, un legislador del laborismo, dijo que al menos 10 legisladores de su partido apoyarían el acuerdo del gobierno. Si bien la mayoría del Parlamento apoya abandonar la UE, de acuerdo con la decisión de los votantes, los miembros están divididos en los términos. El partido Laborista teme que la nueva relación con la UE ponga en riesgo las protecciones laborales y ambientales que el Reino Unido ha tenido como miembro del bloque regional. La situación es compleja y nadie se anima a aventurar los números de la votación. Si el acuerdo es rechazado, como ya sucedió en tres ocasiones durante el gobierno de Theresa May, la incertidumbre sobre el Brexit se mantendrá por algún tiempo más. Es difícil predecir como reaccionará Johnson, quien anticipó que no pedirá una prórroga pero al mismo tiempo, en lo que parece ser una contradicción, aseguró que va a respetar la ley.
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