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Opinión

La magia de la persuasión

Qué tal si un día nos levantamos y descubrimos que tenemos el poder de persuadir a todo nuestro entorno? ¿Qué ocurriría si ante unas pocas palabras nuestras nuestro jefe en el trabajo quedara impactado por nuestra persona dispuesto a darnos ese aumento que tanto esperamos? ¿Qué ocurriría si tuviéramos el poder de pronunciar palabras que pudieran persuadir a nuestra pareja casi de un modo mágico? ¿Cómo sería nuestra vida si tuviésemos una receta infalible para que socios, amigos, familiares, vecinos hicieran exactamente lo que a nosotros nos hace felices?

La persuasión, específicamente la oratoria persuasiva, es, ni más ni menos, un conjunto de herramientas que si las utilizamos de manera precisa podemos transformarnos en personas con un alto poder magnético en nuestro entorno.

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Durante poco más de 30 años, me he dedicado con mucha disciplina a crear herramientas persuasivas en distintos contextos. Durante al menos seis años, diseñé junto a un equipo de trabajo en el Sanatorio conocido como Püiggari en Entre Ríos, un esquema de comunicación que permite acompañar en situaciones de dolor a las personas que padecen cáncer o que pierden a un familiar en terapia intensiva. En aquellos años (década del 90), la comunicación verbal y no verbal aún no estaba de moda; fueron quizá los primeros pasos en un largo camino que me permitió entender que para comunicarnos mejor y de manera efectiva es necesario animarnos a abrir los canales afectivos de la comunicación. Posterior a esa experiencia enriquecedora y traumática me avoqué a la tarea de intentar interpretar los códigos comunicacionales de personas con alteraciones mentales. Noté que cualquier patología, sin importar su intensidad, es incapaz de borrar la influencia del afecto en la comunicación.

En el ámbito de la persuasión durante muchos años ha habido gurúes que han vertido ríos de tinta para explicar técnicas específicas que de algún modo pudieran garantizarnos domesticar la voluntad de nuestros interlocutores. Si bien esas técnicas son válidas y existen concatenaciones afectivas de palabras que podemos pronunciar logrando un efecto favorable en quienes nos escuchan, dicho efecto es cuanto menos pasajero si carece del ingrediente principal que necesitamos para persuadir a largo plazo y de manera contundente. Sí, hablamos del afecto, del cariño compartido en un discurso, en un diálogo, en una presentación pública. Quizá sea esta la llave perdida de la comunicación; llave que muchos oradores han olvidado en algún cajón o nunca han adquirido. Políticos, empresarios, docentes, profesionales, líderes que buscan incansablemente la llave maestra de la persuasión para deslumbrar en público los convoco este sábado 24 de agosto a las 9 de la mañana a la segunda clase del Entrenamiento en Oratoria Persuasiva. La cita será en Sarmiento 461 sur, en la sala de UPCN. Les daré contenidos y herramientas que no encontrarán en Google. Serán cuatro horas intensas donde revelaré los grandes secretos de la comunicación poderosa. Los que aún no se han inscripto todavía están a tiempo y pueden hacerlo al siguiente WhatsApp: +549 264 499 2504.

El autor es director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal  y Consultor Político en Argentina y Latinoamérica

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