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Cultura y Espectáculos > Annamaría Muchnik

La Mujer y el Cine lanza su 31era. cita para apoyar a "las mujeres que crean"

POR REDACCIÓN

26 de noviembre de 2019
La 31ra. edición del festival La Mujer y el Cine, que tendrá lugar desde el próximo jueves 28 hasta el domingo 1 de diciembre en el Museo de Arte Latinoamericano, tiene como finalidad “el apoyo a la tarea creativa de las mujeres”, según sostuvo Annamaría Muchnik, directora del encuentro. Nuestro objetivo siempre fue “estar al lado de las mujeres que crean, de las mujeres que tienen un objetivo, una vocación y después tienen que salir adelante”, expresó a Télam Muchnik, la recordada conductora del ciclo televisivo “Buenas tardes, mucho gusto”. Con siete largometrajes y España como país invitado, el encuentro con entrada libre, contará con la presencia de Cristina Andreu, presidenta de la Asociación Española de Mujeres Cineastas. La programación de esta edición está conformada por los títulos “Las buenas intenciones” (2019), de Ana García Blaya; “Cuando las estrellas brillan” (2018), de Natalia Hernández; “De nuevo otra vez” (2019), de Romina Paula; “Hermanas de los árboles” (2018), de Camila Menéndez y Lucas Peñafort; la uruguaya “La flor de la vida” (2017), de Claudia Abend y Adriana Loeff; “Los sonámbulos” (2019), de Paula Hernández; y la española “Viaje al cuarto de una madre” (2018), de Celia Rico Clavellino. Télam ¿Cómo nace el festival? Annamaría Muchnik: El festival arrancó hace 31 años en Mar del Plata por la iniciativa de un grupo de mujeres de la cultura integrado por Susana López Merino, María Luisa Bemberg, Lita Stantic, Gabriela Massuh, Beatriz Villalba Welsh, Sara Facio y Marta Bianchi para hacer una asociación en ese momento, en el que prácticamente la única directora era María Luisa, que siempre fue feminista al igual que estas otras mujeres, y se unieron porque pensaban que había que dar algún apoyo, no solo para que las mujeres se atrevan a agarrar una cámara y filmar, sino también para que sus películas sean difundidas y proyectadas. Entonces formaron lo que es la Asociación la Mujer y el Cine, que está vigente hasta hoy y que produce el festival. T: La asociación nucleaba no solo a mujeres del ámbito del cine... AM: Éramos todas mujeres del ámbito de la cultura que nos reconocíamos feministas. T: ¿Cómo llega a formar parte de este proyecto? AM: En esa época estaba haciendo un programa de radio que se llamaba “Ciudadanas”, en la radio Belgrano de la vuelta a la democracia, uno de los primeros espacios feministas y cuando se hizo el festival convocaron a la prensa. Ese primer año estuve como invitada, me involucré, estuve muy activa, y al poco tiempo de terminado el festival me llama Bemberg y me dice “quiero que seas de las nuestras”. T: ¿Cómo fue evolucionando el festival en estas más de tres décadas? AM: Con el tiempo empezamos a formar parte del Festival de Mar del Plata durante muchos años, en el Cine Ambassador proyectábamos nuestra programación, hasta que un día decidieron “basta de la Mujer y el Cine en Mar del Plata” y desde la dirección del festival, desde bien arriba, una persona que ya no está más nos sacó de un plumazo. Luego comenzamos a pensar cómo seguir para poder hacer el festival acá. T: ¿Encuentran trabas en el camino para hacer el festival? AM: Nos encontramos aún con gente que cuestiona el por qué un festival de mujeres o el tema de los cupos, y la realidad es que el año pasado de todas las películas que se filmaron solo el 30% fue dirigida por mujeres y esto quiere decir que no hay equidad. Por otro lado, emociona ver a las chicas tan jovencitas en las calles, participando de distintos movimientos, tan comprometidas y tan militantes, tan seguras sabiendo lo que están pidiendo y por qué están luchando. T: ¿Tienen en cuenta algo en particular para la elección de películas? AM: Llegaron 130 cortos al concurso y lo que pedimos es por un lado calidad cinematográfica y, en segundo lugar, que sea feminista, que deje bien parada a la mujer, que tenga una mirada de género. T: ¿Cómo fue su transitar feminista desde el clásico “Buenas tardes, mucho gusto” hasta hoy? AM: Cuando comencé en ese programa tenía 17 años, casi no se hablaba de feminismo y mi evolución personal fue a partir de hacer un programa para mujeres. Hice tres períodos en los 22 años que duró el programa, uno de tres años y luego viví en Europa, volví hice otros tres años y me fui de nuevo y cuando regresé hice los últimos tres años, entonces fui evolucionando al empezar a leer, a viajar y ver lo que pasaba en el mundo, empecé de a poco a tratar de darle un giro, tampoco podía de la noche a la mañana cambiar por completo lo que históricamente estaba impuesto en el público. Había que hacer algo muy paulatino, entonces en el último período luego de vivir seis años en Barcelona, para volver puse como condición ser la productora general y a partir de ahí, del 80 al 83, le di otra impronta sin desvirtuar lo que era el programa. Empecé a poner charlas con abogadas, psicólogas, mesas redondas con diferentes mujeres en las que se hablaba del trabajo, del divorcio, hijos nacidos fuera del matrimonio, y todo este cambio aún en época de militares. Una vez nos cortaron una grabación porque una psicóloga dijo la palabra pareja y nos cortaron y nos dijeron de arriba “no es pareja, es matrimonio”. T: A pesar de cierto avance de la mujer en los medios, ¿por qué aún no hay programas políticos o de economía hechos solo por mujeres? AM: Es muy difícil. Los canales están dirigidos por hombres, los dueños son hombres, las agencias de publicidad las dirigen los hombres. El año pasado estaba en París y vi todos los noticieros conducidos por mujeres. Pero ese salto lo vamos a dar, creo en las mujeres agrupadas haciendo fuerza para que las cosas cambien, no creo en las individualidades. Los movimientos de mujeres tienen la fuerza para cambiar las cosas y de hecho está sucediendo. T: ¿Cómo se define como feminista? AM: Mi norte es vivir como feminista, no sacar la bandera del feminismo para mi trabajo, sino transitar mis relaciones personales, mi cotidianeidad como feminista. Darse cuenta y reconocer el pensamiento machista es una tarea para el hogar, del día a día. Ver a otra mujer como una par es un ejercicio diario. Esto es lo que me da identidad.
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