Publicidad

Provinciales > A 40 años de la guerra

Los recuerdos que atesoran los héroes de Malvinas

César Ozan es sanjuanino y fue uno de los primeros en pisar suelo malvinense. Muestra con orgullo los elementos que sirven de testimonio del evento histórico que protagonizó. 

02 de abril de 2022

Vivir la Guerra de Malvinas les cambió la vida para siempre. Los excombatientes aseguran que llevan consigo el recuerdo de cada instante de lo vivido durante la recuperación de las islas, a esto se suma que la mayoría cuenta con cartas, partes de sus uniformes y elementos que sirven de testimonio tangible de lo que vivieron durante la gesta.

Este sábado 2 de abril se cumplen 40 años de la recuperación de las Islas y se conmemora el Día del Veterano y del Caído en la Guerra de Malvinas. César Ozán es sanjuanino y fue uno de los primeros soldados que pisó suelo malvinense. 

Publicidad

El excombatiente habló con DIARIO HUARPE y contó qué piensan hacer él y sus compañeros con sus tesoros de Malvinas, que son  aquellas cosas que trajeron de las Islas y qué se han convertido en un patrimonio cultural e histórico. 

Ozán recibió a este diario en su casa de Santa Lucía y, como si se tratara de una rutina ya aprendida, comenzó a mostrar los elementos que trajo de la guerra. "Es necesario que nosotros contemos nuestras experiencias y que mostremos a todos los elementos que tenemos como recuerdo. Esa es una manera de malvinizar. Todos somos conscientes de que lo que no se comparte se pierde", aseguró el excombatiente.

César tiene 70 años recién cumplidos y contó que se unió a la fuerza muy joven "porque quería conocer el mar". Cuando se desató la guerra ya formaba parte del Cuerpo de Infantería de Marina, por eso estuvo entre los grupos de elite que se encargaron de la Operación Rosario, cuyo nombre es en homenaje a la Virgen y tenía por objetivo la recuperación y defensa del territorio de las islas.

"Desembarcamos de noche, éramos un grupo de 91 hombres que caminamos por más de cinco kilómetros, cargando nuestros equipamientos y en un terreno abrupto y desconocido para nosotros", contó César, quien agregó que en estas condiciones extremas cada elemento que llevaban era importante. 

Publicidad

"El uniforme era nuestra segunda piel", recordó el ex soldado, que aseguró que de ese uniforme con el que llegó a Malvinas solo le quedó la boina. "Esta boina fue a Malvinas, yo llevaba una pequeña foto de mis hijos en el forro interior", rememoró César, quien contó que además tiene la medalla que portaban todos los miembros de Comando.

Otro elemento que también utilizó este exsoldado en Malvinas es el estuche de su cuchillo, a esto se suma el cinturón de combate que además incluye un compartimento para llevar una pequeña pala plegable, balas y el arma de fuego.

"En este cinturón teníamos cosas clave para nuestra supervivencia", contó Ozán mientras se colocaba el cinturón, demostrando que no ha engordado "tanto" desde los años en los que era un soldado de comando. 

A estos elementos se suma una serie de cartas y telegramas que él ha atesorado durante 40 años. César contó que durante el primer mes desde la llegada a Malvinas pudieron tener un buen nivel de comunicación con sus familiares. "Yo le escribí a mi madre, a mis hermanos y a mis hijos, además pudimos hablar algunas veces con nuestros familiares", relató César. 

Si bien el hombre reconoce que todas las cartas le "remueven cosas", aclara que prefiere no leer la correspondencia que mantuvo con su madre. "Me pone triste", reconoció el excombatiente. 

Igualmente, no todas las cartas lo entristecen, ya que muestra divertido las cartas que le escribía a sus hijos. 

Es que si bien los chicos eran casi bebés y no podían leer, él les mandaba divertidas cartas en donde les decía que los amaba y hasta les dibujaba personajes infantiles como el Zorro. 

Tras la guerra, César conservó durante las últimas cuatro décadas estos elementos, aunque no siempre pudo mostrarlos tan abiertamente como ahora. Es que este hombre reconoció que durante al menos durante una década prefirió no hablar de lo vivido en las islas. 

Ozán contó que después de la guerra se mudó con su familia a Ushuaia, en donde sirvió unos años más en la fuerza, hasta que decidió cambiar de vida y entró a trabajar en Defensa Civil.

"De a poco me fui encontrando con otras personas que combatieron y comenzamos a compartir nuestras experiencias dentro del grupo que fuimos formando, al principio solo lo hablábamos entre nosotros, pero luego comenzamos a contar lo vivido y comenzó lo que conocemos como la malvinización", contó este hombre que fue uno de los fundadores del centro de combatientes en Ushuaia. 

Luego el exsoldado se decidió a volver a San Juan y se sumó al Centro de Excombatientes del Atlántico Sur (CEAS) que nuclea a los excombatientes sanjuaninos de Malvinas. Si bien este grupo trabaja en la malvinización durante todo el año, todos ellos saben que cada más de abril trae consigo un vendaval de recuerdos y el relato de lo sucedido. 

"En el caso de los veteranos, es casi generalizado que en el mes de noviembre ya empiezan a resurgir los recuerdos. Yo tengo interiorizado lo que viví cada día y soy consciente de la importancia de compartir este testimonio, aseguró el hombre, quien aclaró que "cada excombatiente acomoda su carga en la mochila de la vida, no para que se vaya, sino para que no moleste demasiado y podamos seguir viviendo lo cotidiano", explicó. 

Ante la pregunta de qué desea hacer con sus recuerdos de la guerra, César contó que ya habló del tema con sus hijos Andrés, Celina y Gustavo. "Yo les dije que quiero donar todo a un museo, con los excombatientes ya hemos hablado de eso, queremos donarlo para que el Estado cree un museo y cuide este patrimonio. 

"Yo durante todos estos años hemos dado muchas entrevistas, escrito libros y seguimos tratando de malvinizar. Ahora estamos preparando un libro con todos los testimonios de los excombatientes. La idea es que este material quedé guardado como patrimonio", concluyó el exsoldado.  

Publicidad
Más Leídas
Publicidad