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Sociedad > Navidad sobre ruedas

Motociclistas solidarios recorren la ciudad disfrazados de Papá Noel

La caravana de Legionarios de la Ruta llevó juguetes y dulces a niños combinando pasión por las motos y solidaridad en una tradición de más de 13 años.

POR REDACCIÓN

Hace 5 horas
Los motociclistas repartieron juguetes y golosinas a los niños durante la Navidad, llenando de alegría las calles de La Plata.

Desde hace más de una década, la caravana solidaria de Legionarios de la Ruta convierte las calles de La Plata en un desfile único, demostrando que la magia de la Navidad también puede llegar en moto. Raúl Rolón, policía con casi 32 años de servicio, fundó y preside la agrupación, que combina la pasión por las motocicletas con un fuerte compromiso social.

Cada diciembre, Rolón deja su uniforme de teniente primero y se pone el traje rojo de Papá Noel para liderar una caravana de más de 90 motocicletas. Su misión es clara: repartir sonrisas, juguetes y golosinas a los niños que más lo necesitan. “Es algo impagable. Todo el cansancio desaparece al ver sus caras”, confesó el fundador, recordando la emoción de cada entrega.

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Lo que comenzó con cinco motos y 400 bolsas de regalos hoy se ha convertido en un sueño colectivo que busca multiplicar las sonrisas y la solidaridad. A pesar de contar con menos recursos este año, la entrega de golosinas mantuvo la esencia del evento, demostrando que cada aporte suma. “Donando un peso, ese peso se acumula y permite organizar el evento. Aunque sea poco, sirve para cualquier causa”, explicó Rolón, mencionando ejemplos como la ayuda a Ringo, un niño con parálisis cerebral que viajó a México gracias a la colaboración de la comunidad.

La emoción se refleja en cada gesto de los motociclistas. Carlos, uno de los ayudantes de Papá Noel, contó: “A la mayoría nos ves llorar. Hemos llegado a los comedores y, a cincuenta metros, ya vemos a los chicos esperándonos. Es increíble”. Cada abrazo y sonrisa convierte el esfuerzo en un recuerdo imborrable tanto para los niños como para los voluntarios.

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Ser Papá Noel en moto también implica superar prejuicios. Rolón relató cómo muchas veces la gente lo observa con desconfianza en la calle, pero el traje navideño derrite esos temores. “Por suerte no ocurre en esta época, pero tampoco puedo ir todo el año disfrazado de Papá Noel”, bromeó, mientras destaca la recompensa emocional que deja la tradición: “La emoción me dura hasta el año que viene, y por eso crecen las ansias de volver a entregar aunque sea un caramelo”.

La caravana no solo es un acto de solidaridad, sino también de memoria y justicia para Rolón. “He pasado muchas Navidades sin encontrar nada bajo el arbolito. Ningún niño debería quedarse sin al menos una bolsita de golosinas en Navidad o Reyes”, afirmó. La tradición, que inició con cinco motos y 400 bolsas, hoy sueña con entregar hasta 15 mil bolsitas, pero más allá de los números, la verdadera medida del éxito es la alegría que dejan en cada niño.

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