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Para qué y cómo se endeudaron los sanjuaninos en pandemia: ¿Una bomba de tiempo?
Mientras un sector se la jugó por la construcción de piletas otro pide dinero a tasas altas para pagar servicios.
POR REDACCIÓN
Tras un año de medidas sanitarias, muchos aspectos de la economía han cambiado. La toma y pago de créditos no es una excepción, aunque las respuestas son muy diferentes según el tipo de préstamos, la institución que los otorga y el momento del año que se analice.
Hay una realidad generalizada tanto en las instituciones privadas como en las públicas: al principio del aislamiento social cayeron las solicitudes, tanto cuando estuvo cerrado como cuando retomaron las actividades. Luego, según el sector, se han dado escenarios diferentes recuperaciones.
En San Juan, al igual que en buena parte del país, las posibilidades crediticias se dividen en tres operatorias: bancarias, que incluye el uso de las tarjetas de crédito, privadas no bancarias, que incluyen las casas de préstamos y finalmente los organismos del Estado.
Estos últimos son los únicos que no han registrado aumento de la morosidad y una tendencia a un uso más estratégico de los fondos.
El escenario es muy diferente en el caso de las empresas de préstamos, que tuvieron un auge importante en los últimos años. De ser muy pocas a principios de la década del 2010, hoy en un radio de 5 o 6 cuadras del microcentro hay al menos 22 locales. Según Hermes Rodríguez, de la Cámara de Comercio de San Juan, en los últimos dos años se aceleró la instalación de estos negocios. DIARIO HUARPE recorrió algunos de estos locales para saber cómo ha cambiado el interés de los sanjuaninos.
El negocio de las crisis que no pudo aprovechar la del Covid
Las casas de préstamos personales suelen enfocarse en venderle a quienes no pueden sacar créditos bancarios porque no cumplen los requisitos. Las crisis económicas, sobre todo las inflacionarias, suelen mejorar el negocio de estos locales. Rodríguez de la Cámara de Comercio sumó otro factor a favor de ellos: con los bancos cerrados pudieron aprovechar la clientela que estos dejaron a mano.
Pero lo cierto es que el punto en común entre todos los locales que recorrió este medio fue que la pandemia redujo en los primeros meses la cantidad de créditos adquiridos al mínimo. Luego empezó un leve repunte. Dos casas aseguraron que marzo volvió a caer.
Uno de los encargados de Rapicuotas, una financiera que se encuentra en Mendoza entre Laprida y Rivadavia, dijo que luego de los meses de mayor restricción mejoró la cantidad de clientes y de ahí se mantuvo estable. Como todavía no recuperan los números de marzo 2020 han salido a buscar clientes que antes eran habituales por telemarketing.
La situación es diferente en otros dos locales: Opción Crédito y Crédito Supremo. Allí han resentido mucho más los meses pandémicos. La encarga del primer lugar dijo que están a un 50% de lo que vendían antes del coronavirus. Pero además, el tipo de cliente ha cambiado mucho. Es que antes eran más los que iban por “darse un gusto, vacaciones o hasta porque tenían una fiesta y se iban a comprar un vestido”. Todos estos compradores de préstamos se han vuelto una rareza. La encargada aseguró que los sanjuaninos “se han vuelto muy cuidadosos, muy precavidos y lo piensan dos veces” antes de recurrir a lugares así.
Pero además, hubo una migración del tipo de consumidores. Según explicaron en Crédito Supremo, no ha sido tanto el aumento de quienes piden dinero prestado para pagar tarjetas o deudas, como pasa en muchas crisis económicas, aunque todavía están quienes lo hacen. El nuevo grupo que salió a buscar efectivo al sector privado son quienes tienen que pagar deudas de servicios o hasta alquiler. Estos han crecido un 20 a 30% en los últimos meses, cuando empezó a acerarse la posibilidad de que levanten el decreto que prohíbe los cortes por falta de pago de servicios esenciales.
Abril, el mes más critico
Laura Vera, de Amas de Casa del País, planteó que existe un grave problema latente. Es que quienes vieron sus ingresos reducidos en pandemia acumularon deudas de hasta 50.000 de servicios. En abril retomarían los cortes y retiro de medidores. Además vuelven los desalojos de alquileres. Con la economía con niveles de inflación altos y lejos de recuperarse, además de verse amenazada por una segunda ola, la dirigente social aseguró que muchos tuvieron que tomar créditos de forma urgente.
El problema es que sin un aumento significativo en los ingresos y la inflación en alza, se encontrarán en la situación de tener que pagar los gastos corrientes en simultáneo con un crédito. Y esto será peor para quienes acudan al peor de los actores crediticios: los prestamistas ilegales. Estos últimos entregan dinero a tasas altísimas y ejecutan las deudas con mora con maniobras muchas veces ilegales.
Por ahora la mora no es alta. En las casas de crédito aseguran que han tenido un aumento de los que no pueden pagar, pero en algunos fue casi imperceptible y en otros, mínima. Pero el escenario global, con aumentos también de alquileres y combustibles, no será un facilitador para los que estén más complicados.
La “isla” financiera del Estado
Los estatales y jubilados pueden acceder a préstamos a través de dos instituciones. Los que dependen de Provincia en la Caja de Acción Social y los nacionales pueden tramitar en Anses.
DIARIO HUARPE habló con los encargados de las UDAI principales de la provincia, las de Capital y Rawson, y el titular del sector de préstamos de la CAJ. Todos coincidieron en que desde que volvió la posibilidad de pedir créditos personales hubo más interés y que no tienen morosidad. Esto se explica también en que los beneficiarios solo pueden retirar dinero de acuerdo a sus ingresos y el descuento es automático.
Carlos Fernández, de la CAJ, aseguró que lo más llamativo que sucedió en esta oficina fue la migración de los créditos personales a los créditos para refacciones. Esto quiere decir que los empleados públicos provinciales han decidido gastar más en mejorar sus viviendas aprovechando que la mayoría no viajó para vacaciones. Este beneficio creció un 25% y en los primeros dos meses del 2021 retiraron más de $10.100.000, la gran mayoría de estos préstamos se usaron para construir piletas.
En los dos Anses también la razón que más creció para retirar dinero fue para mejorar viviendas. Pero un porcentaje alto no lo hizo con un motivo tan feliz como los que compraron piletas, sino que tuvieron que endeudarse para arreglar problemas que dejó el terremoto del pasado 18 de enero.