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Cultura y Espectáculos > TEATRO

Profundo y novedoso experimento teatral bajo dirección de Lautaro Delgado Tymruk

POR REDACCIÓN

25 de octubre de 2019
Lautaro Delgado Tymruk dirige "El corazón del mundo", obra que protagoniza junto a William Prociuk y Ezequiel Rodríguez y en la que los tres actores interactúan con personajes surgidos de un holograma que se proyecta sobre escena. "El corazón del mundo" , que se puede ver los sábados a las 20.30 en Espacio Callejón (Humahuaca 3759), tiene texto de Santiago Loza y cuenta la posible historia de un hombre en el limbo entre la vida y la muerte que se transforma en tres y luego en muchos, recorriendo recuerdos en una suerte de aleph existencial que en un presente absoluto contiene infinitas vidas o las infinitas posibilidades de una. Texto de rasgadura poética antes que narrativamente clásico y que abre sus significantes permanentemente sin un cierre necesario, Delgado Tymruk acudió a un viejo dispositivo de los ilusionistas, creado en 1862 y conocido como Pepper Ghost para corporizar en escena una serie de fantasmas que bajo apariencia hologramática interactúan con los actores. De este modo, la obra, en la que Delgado Tymruk asume la dirección por primera vez en su carrera, requirió una multitud de ayudas desinteresadas para una megaestructura artesanal que incluye un filme de 60 minutos con 40 actores, y que el sector más top de la industria audiovisual aseguraba que era imposible que funcionara. "Lo que estamos haciendo no se hizo nunca, hubo trabajo con hologramas una vez en un show de Michael Jackson y en una ópera pero por cinco minutos, nunca durante una hora ni en teatro. A nosotros nos decían 'esto se hace en Alemania, esto requiere de espejos, de láser, es imposible hacerlo'", señala el director de la obra sobre el antiguo pero muy novedoso dispositivo que sube a escena y es parte esencial aunque no hegemónica de la puesta. "Este proyecto -agrega- es posible por una multitud de personas que trabajaron desinteresadamente y que creyeron, desde proyectoristas, productoras de cine, actores, iluminadores, vestuaristas, músicos , que se sumaron a una aventura en la que también fue muy importante la ayuda de mi hijo de 11 años que es medio científico". "La idea no era hacer el show del holograma y no lo es, no es una obra de proyecciones sino de tres actores que interactúan con fantasmas, se puede pensar en un diálogo entre el cine y el teatro que es un tema que me interesa pero sobre todo está la obra, el texto de Santiago Loza con toda su poética y toda su reflexión sobre la vida y sobre esto que somos", destaca Delgado Tymruk. Sobre el carácter abierto de la obra y la lógica poética que reviste el texto, el actor Ezequiel Rodríguez dice que "prima un ánimo que no quiere explicarlo todo". "Pareciera que cuando uno tiene todo clasificado pudiera comunicar con más claridad, pero es un prejuicio que responde a la idea de que si tengo todo catalogado puedo tranquilizarme yo y tranquilizar al resto", destaca Rodríguez. "Mientras que esta obra -agrega- relata una especie de no lugar, un espacio atemporal donde se pone en duda de quién es la vida que se está recordando, si es de uno o si es de tres o si es como una red que se puede ramificar en la totalidad de la gente, la idea de una matriz que se rompe y aparecemos en el medio de un tejido que nos conecta con todo y donde no diferenciamos cuál soy yo y cuál el otro". "En términos actorales -reflexiona Rodríguez- hay una voluntad nuestra puesta al servicio ya no de crear un personaje dentro nuestro que haga eclosión sino de generar toda una realidad en la escena. Y esto lo hacemos con una convicción psicótica de lo que está sucediendo porque nosotros no vemos el reflejo del holograma". Delgado Tymruk comenta que "El corazón del mundo" "es una especie de puzzle mental donde uno va asociando". "Acá el mapa interno de la obra lo hace el público y por ahí no es el mismo para un espectador que para otro, depende incluso dónde estás ubicado porque debido al efecto del pepper ghost ves cosas distintas según donde estés. La puesta implica también un ejercicio pictórico, hay algo del collage y del fotomontaje". Respecto de su labor como director, la primera en su carrera y con una puesta muy particular, Delgado Tymruk dice que "fue una experiencia hermosa". "Fue un ejercicio de ajedrez muy difícil porque era jugar con la mitad de las fichas: de un lado estábamos los actores y del otro los hologramas que no vemos pero con los que interactuábamos, entonces las fichas que no teníamos las teníamos que adivinar y existía la necesidad de convencer a los actores de que las fichas estaban ahí y siempre iban a estar, fue como un acto de fe", destaca el actor que este año participó de la puesta de "Un domingo en familia", con dirección de Juan Pablo Gómez.
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