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Política > visita presidencial

Un regalo y cartas con pedidos: lo que quedó “en bandeja” durante la llegada de Alberto

El fuerte protocolo de la recorrida del presidente impidió un contacto más cercano de los vecinos de La Bebida, que se habían ilusionado con la llegada del mandatario.

POR REDACCIÓN

23 de agosto de 2021

Alberto Fernández estuvo en San Juan por algo más de cuatro horas, tiempo en el que recorrió una fábrica, visitó un barrio y luego participó de un acto político. Tras el anuncio de la llegada presidencial, muchos sanjuaninos se ilusionaron con tener un encuentro más cercano con el mandatario, pero los protocolos de seguridad y Covid-19 hicieron que fuera difícil.

El mandatario viajó en una “cápsula”, como le llaman al operativo de seguridad y protocolo, debido a la pandemia de coronavirus. Fernández fue de un punto al otro de la provincia en una combi blanca y acompañado por funcionarios. Tuvo contacto con sanjuaninos por fuera de la política solo en la fábrica de Lacoste y en el interior del barrio en construcción en La Bebida, donde estaban invitados un grupo de vecinos reducidos de las más de 800 familias que recibirán una casa y obreros.

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Pero por fuera de estos grupos reducidos, quedaron ciudadanos que apuntaban a verlo, hacerle algunos pedidos y hasta un pequeño que quería hacerle un regalo. El niño era Jeremías Torres, de 7 años, quien le pidió a su mamá comprarle “un regalo a Alberto”.

El pequeño, contó su madre, estaba entusiasmado porque sabía que el presidente iba a pasar por su casa. “Lo reconoce de la tele”, explicó la mujer, quien dijo que no eran de ningún partido político sino que fue idea del pequeño estar a la espera del camino. La botella de Martín Fierro, lamentablemente, no fue a parar a manos del presidente. De estas muestras de cariño popular Fernández pudo ver algunas banderas en el camino o los pasacalles que habían colocado. Una de ellas fue una pequeña que tenía un banderín en mano.

Pero además de las personas que querían acercarse a Fernández con algún gesto, también estaban los que llevaban una carta con pedidos. Algunos de ellos desesperados. Es el caso de una mujer que encontró una salida laboral después de que su familia se quedara sin ingresos vendiendo pan, semitas y sánguches a los obreros que están construyendo el barrio. “Necesito una amasadora, para poder venderle a más gente, porque con eso tengo que darle comida a toda mi familia”, explicó.

Las cartas al presidente, un clásico de los actos políticos, tuvieron que cambiar de modalidad. Fue luego de que pasara la combi con Alberto Fernández, quien abrió una ventana al ver a las familias y saludó, pero no alcanzó a cruzar palabra. Un trabajador de Gobierno se acercó al vallado, que estaba a más de 500 metros de donde estaba el presidente, y recolectó los mensajes escritos.

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Para algunos fue una desilusión, porque esperaban darle el pedido en la mano al mandatario, para otros un gesto esperanzador. “Lo único que espero es que lo lea, porque nos hace mucha falta”, le encargó una mujer al mensajero.

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