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Una sanjuanina vive con lo justo, pero compró ollas en cuotas para darle de comer a sus vecinos
Silvia vio como personas de su entorno se quedaron sin trabajo por la cuarenta, por eso decidió ayudar.
Por Eliana Ruiz
Silvia Enrique tiene 39 años. Vivió la pobreza desde su infancia, cuando su madre juntaba las verduras que Gendarmería tiraba en medio del campo porque estaban picadas. Eso se convertía en la cena de su familia. Ahora, en el barrio Esteban Echeverría, en Concepción, departamento Capital, se las arregla para vivir con $7.100 que cobra de una pasantía del municipio capitalino, la ayuda de sus padres jubilados y la venta de rosquitos. Hasta marzo recibió algo de dinero de su exesposo que se quedó sin trabajo y no pudo aportar más. Pero eso no fue un impedimento para ayudar. Es que con la cuarentena vio como muchos de sus vecinos se quedaron sin trabajo así que empezó a buscar donaciones y a hacer dos ollas populares por semana.
“Yo estaba pasando necesidades porque con la pasantía no me alcanzaba a veces ni para comer. Así que dije `voy a hacer comida para mí y para otros que también pueden estar pasándola mal´”, cuenta a DIARIO HUARPE.
En el barrio de Concepción ve de cerca el hambre. Según cuenta, hay muchos niños a cargo de sus abuelos porque tienen a sus padres presos, esa gente solo se mantiene con la jubilación, razón por la que a veces “es muy difícil tener un plato de comida en la mesa”. También, hay otros que se quedaron sin trabajo por el aislamiento a causa del coronavirus.
Tras mucho pensar, se decidió: “Voy a hacer ollas populares para los vecinos mientras dure la cuarentena”, pensó.
Pero no fue tan fácil. No tenía ollas grandes que le permitieran cocinar bastantes porciones. Primero pensó en pedirlas, luego optó por invertir para que le quedaran cuando hiciera estas movidas solidarias. Así fue que compró dos ollas en 18 cuotas: una de 40 litros y la otra de 36.
A su aventura se sumó su amiga de la infancia, Natalia Rayano, de 36 años. Entre las dos piden donaciones y luego cocinan con lo que consiguen. A veces hacen el trabajo en dos veces: un día en la noche pican algunas verduras y en la mañana siguiente se encargan de cocinar todo.
Ya hicieron dos veces la olla popular. Hace algunos días les dieron polenta con tuco. Este domingo 24 los tallarines con salsa fueron los platos que degustaron las familias que hicieron fila con sus tuppers listos para recibir el almuerzo. Según cuenta, no les quedó nada, la convocatoria fue un éxito.
Todavía no saben hasta cuándo van a seguir con esta labor. Silvia cree que van a hacerlo hasta que termine la cuarentena, aunque admite: “No queremos parar, todo dependerá de lo que consigamos”.
“Para mí, ayudar es una bendición”, dice y cuelga el teléfono tras haberles dado de comer a casi 100 familias del barrio Echeverría.
Para ayudar: 2644148617.