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Wos pega su mejor patada en el cierre del Cosquín Rock
POR REDACCIÓN
10 de febrero de 2020
En una jornada que contó con nombres fuertes como Ciro y Los Persas, Babasónicos, Las Pelotas y Los Ratones Paranoicos, el rapero Wos se convirtió ayer en la gran sensación al brindar un contundente show en el principal escenario del Cosquín Rock, en el cierre de la 20° edición del festival iniciado el sábado en el aeródromo Santa María de Punilla, en Córdoba. El joven artista ofreció una electrizante actuación en la que desgranó sus inteligentes y comprometidas rimas, junto a una excelente banda que se paseó con maestría y soltura entre el rock potente, el funk y hasta el free jazz. Wos logró cautivar a un público de perfil rockero, que minutos antes se había concentrado frente al escenario Norte para disfrutar de Los Gardelitos y otro tanto que aguardaba la llegada de los uruguayos de La Vela Puerca. Por ese mismo espacio desfilarían en las horas sucesivas Ciro y Los Persas, Los Caballeros de la Quema, Las Pelotas y Los Ratones Paranoicos, por lo que la presencia del joven rapero rompió con cierta rigidez estilística, que destinaba ese lugar para un tipo de rock más tradicional. No obstante, Los Gardelitos también tendieron un puente al invitar en su set Cazzu, una de las máximas exponentes femeninas del trap local; mientras que Ciro hizo lo propio con el mismo Wos. En tanto, el escenario Sur, ubicado en el otro extremo del predio, reunió a representantes de los nuevos ritmos urbanos como la mencionada Cazzu, Duki, Emanero, Neo Pistea y La Joaqui, entre otros. En ese contexto, la presencia de Babasónicos pareció una excepción a la regla por tratarse de una banda con un largo recorrido en lo más alto de la escena local, aunque también ofició de gran padrino tácito de estos nuevos sonidos. Por cierto, el show del grupo que tiene a Adrián Dárgelos como cara visible puso a bailar a una multitud con un ajustado set plagado de éxitos y una imponente puesta de luces. En ese mismo momento, en la otra punta -tanto a nivel físico como de propuesta artística-, Ciro hacía lo propio con su habitual carisma y una combinación de clásicos de Los Piojos y hits de su etapa como solista. También hubo un nuevo regreso para ocasiones especiales de Los Caballeros de la Quema y un monótono show de Las Pelotas, la banda con asistencia perfecta en los 20 años del festival. En el cierre, Los Ratones Paranoicos demostró una vez más que es un grupo único en su estilo, a pesar de la larga lista de imitadores con los que contó a lo largo de los años. Entre los shows destacados en otros escenarios menos populares, cabe mencionar el que ofreció un renovado Riff, con el particular recuerdo de haber sido ese festival el último encuentro del grupo con Pappo al frente de la formación. Al igual que Los Ratones Paranoicos, la banda emblema del rock pesado dejó en claro que rompió el molde al ser creada, salvo por el obvio caso de Viticus, casi su única continuación oficial por tratarse del grupo liderado por Vitico, En la Casita del Blues, Celeste Carballo logró colmar el reducido espacio dedicado al género y brindó un muy buen concierto, basado en su excelente voz y su notable carisma. Los mexicanos de Molotov también desbordaron su espacio en el escenario acústico, en las dos jornadas en las que mostró su show "El desconecte" Por su parte, el escenario Pop Art XXI contó con Flavio Cianciarullo, Vanthra, Zero Kill, Conociendo Rusia, Indios, Barco y María Ezquiaga, entre otros. La última jornada del festival tuvo una asistencia estimada de 60.000 personas, una cifra que los organizadores también calcularon en el día de apertura. Justamente, en su primer día, el show de Divididos, Skay y Los Fakires y el homenaje a Charly García, encabezado por su banda junto a figuras invitadas, fueron los números destacados. Con más 150 artistas, distribuidos en cinco escenarios y una fiesta electrónica, el Cosquín Rock celebró sus 20 años ininterrumpidos en dos jornadas en las que ratificó su alto nivel de convocatoria, tanto de figuras como de público. En los alrededores del predio, desde días antes, se podían ver distintos acampes en espacios públicos y jardines de casas de familias, que encontraron una particular manera de generar un ingreso extra. El extenso predio destinado al encuentro tuvo a toda hora una variada concurrencia que abarcaba a gente de distintas edades, tanto que se podía ver a familias enteras disfrutando de los shows. De lo que nadie duda a esta altura es que se trata del festival local más importante, de carácter más federal y con mayor historia.
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