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El camping “La quebrada de Zonda”, en total abandono

Sin lugar a dudas el camping “La quebrada de Zon­da” es uno de los lugares más bellos de la provincia. Qué sanjuanino no ha pasado un día en ese lugar, compartiendo un asado o disfrutando unos mates con a­migos y familiares. Es más, por la cercanía con la ciudad es uno de los primeros destinos

POR REDACCIÓN

16 de octubre de 2012

Sin lugar a dudas el camping “La quebrada de Zon­da” es uno de los lugares más bellos de la provincia. Qué sanjuanino no ha pasado un día en ese lugar, compartiendo un asado o disfrutando unos mates con a­migos y familiares.

Es más, por la cercanía con la ciudad es uno de los primeros destinos que uno elige para mostrare lo lindo que es San Juan cuando algún foráneo llega a casa. 

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Y es porque en el lugar están nuestros poetas, el autódromo, la Cabeza del Indio, las cavas, el museo Einstein, el mirador, las sierras, el estero, en fin… una gran parte de “nuestro paisaje”.

Pero lamentablemente, en los últimos meses los funcionarios de Rivadavia han olvidado la quebrada. Tan es así que su pereza de gestión está permitiendo que ese bello lugar hoy se transforme en el símbolo de la dejadez y la vergüenza.

Un tour por la dejadez

En un recorrido que DIARIO HUARPE hizo por el lugar constató que el 95% de los parrilleros están rotos. Como consecuencia de ello, más de la mitad de los árboles están quemados en su base, ya que los que van al lugar los utilizan como reparo para el fueguito del asado.

De las mesas la que no está tirada, está rota, y de los asientos ni hablar, porque ya no existen. El que tampoco existe es el pasto que años pasado existía, porque le dan agua cuando se acuerdan.

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Los tachos para la basura son escasos y los que están ni acercarse por las dudas del tétano o cualquier infección.

Hay árboles que están a punto de caerse, y hay otros que se cayeron con el Zonda de hace meses y que todavía no se levantan.

En definitiva el estado del lugar, literalmente, es un desastre, y no vale justificar la inoperancia culpando a la gente que destroza. Porque a ese lugar hay que cuidarlo y mantenerlo, y por ahora, nadie lo hace.

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