Cuántos años le podrían dar al conductor borracho acusado de matar a 2 nenas en Pocito

Sergio Arenas, el único acusado de haber atropellado y matado a Julieta y Ailen en Pocito, puede recibir una pena de entre 3 a 6 años de prisión, según dijeron a DIARIO HUARPE varios especialistas, aunque no se descarta la posibilidad de un homicidio con dolo eventual que eleve la amplitud de la pena hasta 25 años.

En principio, la figura penal en la cual cuadra su comportamiento es homicidio culposo agravado por la conducción de un vehículo en estado de ebriedad y el número de víctimas, dijeron los abogados penalistas María Filomena Noriega y José Plaza.

“Si matás a más de una persona en la conducción de un vehículo es una agravante, a eso se le suma el supuesto estado de ebriedad”, sostuvo Plaza.

El Código Penal en el artículo 84 bis establece: “Será reprimido con prisión de 2 a 5 años e inhabilitación especial, en su caso, por 5 a 10 años el que por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo con motor causare a otro la muerte”.

El artículo dispone de agravantes de la condena: “La pena será de prisión de 3 a 6 años, si el conductor se diere a la fuga o no intentase socorrer a la víctima; o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de alcoholemia igual o superior a 500 miligramos por litro de sangre; o estuviese conduciendo en exceso de velocidad de más de 30 kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar del hecho; o cuando fueren más de una las víctimas fatales”.

Arena se dio a la fuga tras el accidente que ocurrió pasadas las 22 del viernes 28 de febrero. Durante la mañana del sábado, se presentó en la Comisaría Séptima y el test de alcoholemia le dio 1,19 gramos de alcohol por litro de sangre, más del doble de lo permitido por ley para conducir (0,5).

José Plaza opinó que para él le van a dar entre 5 a 6 años de prisión.

Sin embargo, el abogado no descarta la posibilidad del dolo eventual (que el conductor salió a conducir ebrio sabiendo que podía matar a una persona) que podría cuadrar en la figura penal de homicidio simple de 8 a 25 años. 

Justamente de eso último hay jurisprudencia reciente: en Bahía Blanca hubo 2 condenas en ese sentido en 2019, considerando el vehículo a la par de un arma de fuego. Los 2 con conductores borrachos que mataron y escaparon. 

"Planeó todo"

Durante la marcha que se desarrolló el lunes en Pocito, Noelia Quiroga, la mamá de Julieta, mencionó que Arenas "tuvo toda la noche para planear todo" después de fugarse del lugar y "entregarse a las horas frente a la policía".

Algunos testigos aseguran que el auto iba conducido por una mujer. Según Noriega, esto puede ser trascendental para la causa.

“En el caso de que Arenas no haya estado conduciendo el auto puede influir en la investigación. A él se lo juzgaría por el delito de encubrimiento y buscarían al autor material del hecho para condenarlo por el homicidio”, dijo la abogada. 

Noriega explicó que será fundamental la pericia del vehículo, eso determinará: la posición de los asientos, rastros de huellas dactilares en el volante y la ubicación de los retrovisores.

"Con todo el rigor de la ley"

Julio Ambrosio, fundador de Estrellas Amarillas (movimiento de concientización vial y recuerdo a las víctimas de accidentes de tránsito) dijo a DIARIO HUARPE: “El conductor tienen que ser condenado con todo el rigor de la ley. El que toma y mata a alguien en la ruta merece la cárcel”.

Ambrosio se mostró dolido al enterarse de la tragedia de Pocito. El hombre es de Córdoba y perdió a su hija Laura Cristina. “Cuando salen a la luz estas noticias me provocan una profunda tristeza, el culpable de esos hechos debe ser condenado con todo el peso de la ley”, sostuvo.

Caso Celeste Archerito

El 26 de agosto de 2009, Gustavo Cortéz atropelló a Celeste Archerito en Comandante Cabot entre Sucre y San Luis, en Rawson.

Celeste iba a tomar el colectivo para irse a estudiar. Cortéz perdió el control de su Volkswagen Gol, se cruzó de carril, embistió a Celeste y se incrustó en un kiosco, la joven falleció inmediatamente.

Cortéz conducía con elevados niveles de alcohol en la sangre: 1,34 arrojó el peritaje.

La trascendencia pública del caso sumado a la intensa lucha familiar llevó a que el juez Eduardo Gil, de la Sala II de la Cámara Penal condenó en 2011 a Cortéz a una prisión de 3 años y 8 meses.

En 2014 la jueza Margarita Camus lo benefició con salidas transitorias gracias a su conducta.