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De Alemania a San Juan por amor: la historia de Vinzenz y Ailén

Él, alemán, y ella, sanjuanina. Una historia como pocas, contada por sus protagonistas.

14 de enero de 2021

Dejarlo todo por amor. Cuántas veces hemos escuchado o leído historias románticas de amantes que dejan su vida atrás para crear una nueva. A veces increíbles, que en muchos casos terminan por inspirar grandes obras. 

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Pero no siempre se trata de dejar, a veces también se trata de traer. Animarse a crear y vivir una historia diferente, en un país que no se conoce y con una cultura completamente distinta. Esa es la historia de Vinzenz Wilmink, un joven alemán de 30 años que decidió jugársela en San Juan por amor. 

“Al principio costó mucho, por supuesto. No estudiaba y tenía que trabajar sabiendo muy poco español. Trabajé en una pizzería y en una distribuidora hasta que pude empezar a estudiar y aprendí también con los familiares de mi pareja”, recuerda Vinzenz alegremente. Hace ya 10 años dejó su natal Weitnau, un pueblo alemán ubicado en Baviera, en el suroeste de la región de Suabia.

A pesar de las dificultades de idioma y adaptación, Winzenz decidió quedarse y estudiar en Argentina. Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE

A ese pueblo típicamente alemán entre las montañas llegó en 2010 Ailén Juri, una sanjuanina que en ese momento tenía 18 años, a través de una beca de intercambio del Rotary Club. “Llegué allá y pasé por tres familias distintas, siempre en la misma escuela y por eso nos hicimos muy cercanos con Vinzenz y sus amigos. Estuve un año allá”, recuerda Ailén.

“Todavía recuerdo ese año de 2010 cuando la vi entrar a mi clase de inglés en mi escuela. Ahí nos hicimos amigos y, junto a otros amigos, le prometimos que volveríamos a visitarla”, recuerda Vinzenz con entusiasmo y en un perfecto español. Desde entonces, lo único que pensaban era en volver a verse.

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“Él me escribió por mensaje y me dijo que venía a verme con unos amigos. Fueron seis meses en los que estuve muy nerviosa. Era mi momento, tenía que decidir si sucedía ahora o no verlo nunca más y le dije que sí”, repasa Ailén. Juntos emprendieron viajes y aventuras en Argentina y llegó el primer e inolvidable beso en Iguazú. “Por supuesto que nos acordamos”, ríen con complicidad. 

En febrero del 2019 nació Liam, su hijo, y en febrero del 2020 se casaron. Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE.

Sin embargo, los planes de Vinzenz ya empezaban a armarse en su cabeza. “Me fui tres meses a Perú mientras Ailén estudiaba y tenía que tomar una decisión. Tenía miedo de volver a Alemania porque si volvía, capaz me quedaba allá. Cuando volví a San Juan, llamé a mis padres y les dije que me quedaba. No esperaban la noticia y estaban tristes y sorprendidos, pero sabían que me quedaría donde era feliz”, rememora el momento, tal vez la decisión más difícil de su vida. “Mi mamá tiene marcado en rojo la fecha en un calendario: 9 de abril de 2013”, afirma el joven.

Vinzenz y Ailén, en las cataratas de Iguazú en 2013. Foto: Gentileza.

Y así comenzó la nueva vida de ambos en San Juan. Vinzenz ingresó a la carrera de Administración de Empresas en la UNSJ, mientras Ailén cursaba los suyos de abogacía en la misma facultad. Al principio vivió con la familia de su novia. Luego se mudó a una pensión solo y en 2018 finalmente ambos dieron el paso y se fueron a vivir juntos. 

“El 12 de febrero de 2019 nació nuestro hijo, Liam, y en febrero del 2020 nos casamos”, comienza a cerrar Vinzenz. Ya 11 años de historias compartidas, anécdotas, anhelos, miedos y logros. Es casi un sanjuanino más. Vinzenz trabaja actualmente en la multinacional de maquinaria Liebherr, mientras que Ailén ejerce como abogada en una reconocida firma local. “A una de las cosas que más me costó adaptarme fueron los horarios. Acá las cosas, como las reuniones familiares, son más extensas. En Alemania son más programadas, te juntés media hora. Acá pueden durar hasta dos horas”, compara el bávaro, amante del mate amargo (aunque alguna vez lo tomó dulce) como buen estudiante.

Ya un sanjuanino mas, Winzenz disfruta de su nueva vida familiar junto a Ailen y su hijo en San Juan, su nueva casa. Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE.

Además, Ailén administra junto con su familia el conocido bar Pangea, ubicado en avenida España entre Mitre e Ignacio de la Roza. “Mi papá siempre se ríe porque al principio lo presenté como un amigo hasta que él decidió quedarse y siempre nos hace el mismo chiste diciendo ‘¿acaso no eran amigos ustedes dos?” dice Ailén entre risas en una de las mesas de ese bar, donde recibieron a DIARIO HUARPE.

Como es de imaginarse, actualmente Vinzenz y Ailén no pueden viajar a Alemania debido al coronavirus, viaje que hacían al menos una vez al año. “Tenemos muchas ganas de ir. Visitar la familia de Vinzenz y pasar un tiempo allá. Sólo queda esperar a ver qué pasa”, dicen ambos con resignación, pero siempre con la certeza de volver al que tal vez sea su hogar para siempre: San Juan.

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