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El Cronista

Deuda: ¿es aplicable a la Argentina la "salida a la uruguaya" que quiere Alberto?

El vecino país reestructuró en 2003 en forma "amistosa", con un alargamiento de plazos, sin quita de capital ni intereses. ¿Es viable esa alternativa aquí?

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

Por Leonardo Villafañe

Alberto Fernández habló en la Fundación Mediterránea, en Córdoba, y dijo que en un eventual gobierno suyo podría adoptar, para la deuda argentina, una salida como la de Uruguay, que en 2003 realizó una reestructuración “amistosa”, consistente en un alargamiento de plazos, sin quita de capital ni intereses.

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"Nunca nos hemos parado frente a la deuda diciendo que no íbamos a pagar", sostuvo el candidato, al tiempo que propuso imitar el caso de Uruguay, es decir, con diferimiento de los plazos, aunque sin quita.

"Por las condiciones internacionales, no va a ser difícil hacer algo parecido a lo que hizo Uruguay, lo he hablado con inversores internacionales. No va a haber dificultades para lograr eso. Es ganar tiempo y no hacer quitas", dijo.

En el momento de la reestructuración, la deuda uruguaya era de u$s 11.000 millones, es decir un volumen prácticamente equivalente a su PBI de entonces. El país reestructuró u$s 4981 millones, entre interna y externa, es decir un 40% del total.

En el momento de la reestructuración, la deuda uruguaya era de u$s 11.000 millones, es decir un volumen prácticamente equivalente a su PBI de entonces. El país reestructuró u$s 4981 millones, entre interna y externa, es decir un 40% del total.

Su reestructuración fue preventiva, es decir que la hizo antes de caer en un default' formal. Consistió en alargar los plazos de vencimiento de sus bonos. “En la práctica a los tenedores de bonos se les ofreció la oportunidad de elegir entre dos opciones. Por un lado, los bonos se podían canjear por otros nuevos con un cupón similar y un vencimiento más largo que el original (en general, cinco años más). En algunos casos se mezclaba también con un bono a treinta años que podía capitalizar parte de los intereses devengados durante los primeros cuatro años. Por otra parte, los inversores podían optar por una opción llamada "bono de referencia", que tenía un vencimiento todavía más largo que la primera opción, pero, a cambio, ofrecía más liquidez”, describió un artículo de Expansión, a pocos días de producido el evento.

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Alberto Fernández propone un reperfilamiento de la deuda a la uruguaya: "No creo que haya dificultades"

Por su parte, Carlos Sténeri, ex agente financiero de Uruguay en EE.UU. y encargado de la reestructuración de la deuda de su país, recordó en 2014 que “la idea nuestra fue presentarnos a la masa de acreedores de manera muy abierta y franca diciéndoles que teníamos un problema de pagos y que no podíamos afrontar los compromisos que teníamos por delante y que necesitábamos algún tipo de solución”.

“En nuestro caso, nuestro primer planteo fue refinanciar los vencimientos por un plazo de 5 años, manteniendo las tasas de interés, con el argumento de que si no lográbamos ese tipo de acuerdo íbamos sí o sí a un default”, dijo. Y agregó: “Nosotros no queríamos negociar de manera unilateral”.

¿Sirve el ejemplo para la Argentina?

“Lo primero que se tiene dejar claro, es que la reestructuración uruguaya, además de ser amistosa, se hizo en base a un plan bien pensado, con tiempo. Eligieron el momento. No salieron a reestructurar cuando tenían el agua al cuello”, recordó el economista Hernán Hirsch, en diálogo con El Cronista.

Hirsch destacó, además, que los uruguayos se preocuparon particularmente por delimitarse de lo que había sido la experiencia argentina del 2001: “Lo primero que dijeron era que eso era un mal ejemplo”.

Para Hirsch, la viabilidad de una “salida a la uruguaya” exige determinar, básicamente, qué ratio deuda bruta / PBI tiene el país que pretenda usar esa modalidad y qué nivel de necesidades financieras es capaz de tolerar. “Cuando Uruguay lo hizo estaba cerca del 100% de su PBI. Los ratios no son iguales para cada país. No es lo mismo ese ratio si el país es Uruguay, Japón o Italia, que si es Argentina, que, entre otras cosas, defaultió varias veces. El ratio argentina de deuda bruta / PBI es del 90%. Es alto. No es sostenible ese nivel deuda para reestructurar sin quita, porque lo que uno tiene que analizar es qué deuda queda después de la reestructuración, dijo.

Hirchs recordó, además, que los precios de los bonos argentinos hoy expresan que el mercado ya anticipan una quita. Por eso consideró que la alusión de Fernández al modelo uruguayo responde más a una necesidad de campaña, de rechazar la idea de una quita, que a un plan real.

Por su parte, Miguel Zielonka, de Econviews, le dijo a El Cronista que la salida a la uruguaya que propuso Fernández es “una buena intención”, pero “para ser creíble una propuesta en esa línea debe mostrar un programa fiscal con un superávit primario aún mayor que lo que habíamos comprometido al Fondo (1% del PBI)”. 

Según el economista “en la práctica, más allá de cualquier promesa que uno haga a los acreedores, lo que los bonistas van a hacer es evaluar si esa nueva estructura de pagos es sostenible.  Si la propuesta no es sostenible, los acreedores difícilmente acepten cambios de condiciones”.

Sobre la posibilidad de una "salida a la uruguaya" también habló hoy Daniel Artana, economista jefe de FIEL. En el evento que la consultora organizó en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, se centró en la cuestión fiscal como una de las condiciones que harían posible esa alternativa: "Este año el Gobierno seguro termine en déficit de algo más de 1% del PBI. Uruguay en 2003 y Ucrania en 2014 hicieron algo parecido, pero tuvieron de partida superávits de 3 puntos del PBI".

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